Jared Kotler
Bogotá. - Ya sea en misiones aéreas sobre campos de coca infestados de guerrilleros o manejando radares en medio de la selva, varios ciudadanos estadounidenses desempeñan trabajos peligrosos cerca del frente en la guerra antidrogas en Colombia. El número máximo de los llamados "contratistas" por las agencias de Washington que recurren a sus servicios -o "mercenarios", como lo califican sus críticos-, no puede superar los 300 en el país. Funcionarios aseguran que el número de contratistas debe crecer todavía más. Esto a pesar del aumento de los temores sobre los peligros que corren ellos y las tropas estadounidenses en el país. Existen preocupaciones de que su presencia se convierta en el preludio de una participación directa de los Estados Unidos en el conflicto armado. "Una vez que esta bola de nieve empiece a rodar, será difícil detenerla", dijo Robert E. White, ex embajador de EEUU en El Salvador y director del Center for International Policy, un centro de estudios de Washington. Algunos de los trabajos más riesgosos de la ofensiva antidroga de 1.300 millones de dólares, son los que realiza la empresa DynCorp, cuyos empleados la semana pasada cruzaron el fuego rebelde para salvar a la tripulación de un helicóptero de la policía derribado. La empresa entrega un servicio que incluye rescatistas, mecánicos, y pilotos de helicópteros y aviones para las misiones de erradicación aérea de los cultivos de coca y amapola. Las preocupaciones sobre el creciente rol de EE.UU. en Colombia se han comparado con las que existían respecto a Vietnam, donde se empezó enviando un grupo de asesores y se terminó en una guerra abierta. Aunque no reportan estadounidenses muertos por fuego enemigo en fumigaciones, un funcionario de la embajada de Washington en Bogotá admite que regularmente son atacados. "Tuvimos 125 impactos de bala en un avión el año pasado y estoy seguro que hay estadounidenses volando algunas de esas aeronaves", dice el funcionario, que habla a condición de mantener el anonimato. 300 militares y 70 contratistas Además de los cerca de 300 soldados de EEUU en Colombia, el Pentágono emplea 70 contratistas del Departamento de Defensa, según Steve Lucas, un portavoz del Comando Sur, que dirige las operaciones militares en América Latina. Los trabajadores incluyen operarios de radar y de aviones de reconocimiento. La empresa Military Professional Resources Inc. tiene unos 15 empleados que entregan su experiencia al Ministerio de Defensa colombiano, dice Lucas en entrevista telefónica. La embajadora de EEUU, Anne Patterson, recientemente le dijo a una delegación de parlamentarios de su país que el tope de 300 contratistas establecido por el Congreso debe elevarse pronto. Colombia carece de pilotos calificados para volar los aviones fumigadores y los helicópteros entregados por EEUU en el marco del Plan Colombia. Y también se requiere personal para otras tareas, como el desmonte manual de cocales y actividades anexas.
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