Para Sebastiani, obstetra del Hospital Italiano de Buenos Aires y uno de los voceros del XIII Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Obstetricia y Ginecología Psicosomática que se realizará en el Sheraton Buenos Aires entre el 26 y el 28 de abril próximo, el alto índice de mortalidad materna "se puede reducir optimizando el funcionamiento de la estructura sanitaria". "Para esto no sólo se necesita un obstetra y un ginecólogo, ya que está demostrado que analizar la salud de las mujeres sólo a través de la mirada de estos profesionales es un fracaso. Una medicina efectiva requiere de un análisis multidisciplinario: se necesitan psicólogos, educadores, sociólogos y profesionales vinculados con lo social. Los médicos por lo general carecemos del concepto de medicina del género, somos biologistas y resolvemos con la farmacia o con el bisturí. Por eso es importante la reunión científica que vamos a tener en abril", puntualizó Sebastiani. Dentro de la "medicina efectiva", la planificación familiar ocupa un lugar de privilegio. "No se trata de estar a favor del aborto sino de evitar las gestaciones no deseadas. Uno de cada cinco argentinos proviene de vientres de mujeres menores de 19 años que, en la mayoría de los casos, son víctimas de la sociedad: acceden tardíamente al control prenatal, son abandonadas por sus parejas, no ingresan con facilidad al mercado de trabajo y no pueden continuar con su educación", precisó. Por otra parte, es en el segmento de las mujeres con más de un hijo donde se registran más decesos. Sobre un total de 282 fallecimientos, 63 corresponden a las mujeres que tienen entre 35 y 39 años, 57 casos se dieron en aquellas que tienen entre 25 y 29 años y 55 en la franja de los 30 a los 34 años. Y en relación con los embarazos terminados en aborto, el mayor número de casos tuvo lugar en las mujeres de entre 20 y 29 años.
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