El aborto es la causa del 31% de las defunciones maternas producidas en 1999. El 69% restante obedece a trastornos hipertensivos, hemorragias posparto y desprendimiento prematuro de placenta, entre otras enfermedades vinculadas con la gestación, según señaló el balance anuario correspondiente a 1999, elaborado por la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación. En ese informe fueron contabilizados 282 casos de mortalidad materna, de los cuales 87 se debieron a embarazos terminados en aborto, 175 a causas obstétricas directas y 20 a causas indirectas. Asimismo se determinó que la tasa de mortalidad entre las embarazadas es del orden de 4 decesos cada 10.000 recién nacidos vivos, cifra que resume las variaciones que se registran a lo largo y ancho del país. En Formosa, por caso, la tasa de mortalidad materna es de 16 ejemplo cada 10 mil nacidos vivos, número que decae a 13 en el Chaco, a 10 en Jujuy y a 9 en San Juan y Neuquén, cinco de las provincias que exhiben los indicadores más altos. Entretanto, en Santa Fe el índice es 3.8, mientras que en la ciudad de Buenos Aires la tasa de mujeres fallecidas es 0,2 y en el Gran Buenos Aires asciende a 2 cada 10 mil nacidos vivos. Sin embargo, para los especialistas, las estadísticas sobre mortalidad materna no son del todo exhaustivas: "Es muy difícil elaborar un registro, porque cuando el aborto es clandestino, la muerte también es clandestina", sostuvo el doctor Mario Sebastiani, vicepresidente de la Asociación Argentina de Ginecología y Obstetricia Psicosomática. En rigor, "existe un subregistro del orden del 50 por ciento que corresponde al deceso por abortos realizados en condiciones muy precarias que son enmascarados en otro diagnóstico. La mujer no muere en la maternidad, muere en terapia intensiva", resaltó el especialista. Margarita Silvera
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