Año CXXXIV
 Nº 49.042
Rosario,
miércoles  28 de
febrero de 2001
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La intérprete vuelve a cantar tras una enfermedad que la tuvo al borde de la muerte
Chavela Vargas: "Entramos a un milenio cursi"
La mexicana, que actúa hoy en el Gran Rex porteño, se quejó de la era digital y del boom latino "que canta en bombachas"

Celia Carbajal

Chavela Vargas regresó a la Argentina para ofrecer hoy, a las 21.30, un show en el teatro Gran Rex de Buenos Aires. Como siempre, la cantante mexicana provocó un revuelo con sus declaraciones y trajo, además, un as en la manga: el concierto de esta noche será presentado por el cineasta español Pedro Almodóvar, el ganador del Oscar por su película "Todo sobre mi madre". "Entramos a un milenio cursi y quieren que uno aprenda expresiones cursis como «agarre usted su camino virtual», y yo lo único novedoso que veo son las bacterias raras que nos mandan los gringos", disparó Chavela apenas comenzó la charla.
Recién recuperada de una operación de cerebro, la cantante se rió y explicó su alusión a "las bacterias de los gringos": "Si anda una bacteria nueva suelta en el milenio, tengan por seguro que me la agarro yo. Eso sí, la mía fue elegantísima y carísima, y el hospital en el que me atendieron era 30 estrellas: cada aspirina costaba 500 dólares".
Después de mostrar que está actualizada en las cuestiones del mundo digital, Vargas se refirió al boom de la música latina. Y lo hizo para descalificarlo: "En Miami está concentrada la producción musical de cumbia que no es cumbia, y de salsa que no es salsa. De música que no tiene que ver con la música", sentenció.
"El bolero nació en Cuba muy sensual. Yo lo conocí cuando tenía 15 años y vivía en la isla. Luego se suavizó en México, se hizo más dulce y menos sexual", continuó la cantante.
"¡Si a mí me hubieran dicho en aquel entonces que iba a salir a cantar en bombachas! (como hacen ahora algunas cantantes definidas como latinas). Eso es la decadencia de la música porque te están aventando el sexo a la cara", se indignó.

Psiquiatra de mujeres
La cantante grabó su primer disco en 1961 y estuvo retirada durante quince años de los escenarios por adicción al alcohol. Decidió dejar de beber en 1990 y regresó a los escenarios. Sobre los años de bebida y depresión, Vargas dijo: "Tiene su historia bonita el alcohol. Al principio, eres una figura simpática, ves cosas maravillosas, conoces gente increíble... Luego todo se te vuelve espantoso. Ya cuando tocas fondo y no te bastan 10 copas, sino una botella o dos, entonces empieza el infierno, que lo viví".
El último disco de Chavela Vargas, "En concierto", repasa toda su carrera con temas grabados en directo entre 1994 y 1998.
Entre los compositores que ella interpreta se encuentran Atahualpa Yupanqui, Mario Clavel, Sandro y Carlos Gardel. Sin embargo confiesa: "Cantar tangos me da miedo".
"Desde que era muy niña me encantan sus tangos y los instrumentos argentinos. Don Carlos Gardel deslumbró a América y desmayó a las gringas, fue un fenómeno de esos que salen cada mil años, pero a mí me da miedo cantarle porque el tango tiene un tiempo muy difícil para nosotros los mexicanos", recuerda.
"Yo soy psiquiatra -bromeó-. Hay señoras que se divorcian y van a llorar conmigo. Pero también una niña le dijo a su padre que quería regalarme una rosa a la salida de un concierto, por lo que decían mis canciones Era una niña muy triste, como la mayoría de los niños del mundo, y derramó unas lágrimas muy dulces y me dijo, delante del padre, que estaba muy sola".
"Hoy reina la falta de amor -continuó Chavela-, y ahí está (el presidente estadounidense, George) Bush viendo si le da en la torre a Irak, porque son asesinos que quieren ser presidentes para arrasar. Quién sabe qué van a poner arriba -dijo señalando un genérico cielo-; quizás un quiosco de Coca Cola".

La amante fiel
Vargas habló también de su homosexualidad: "He tenido que enfrentarme con la sociedad, con la Iglesia. Es absurdo. Soy un ser muy libre y a mucha gente le molesta mi libertad", declaró.
"Cuando dije que era lesbiana abrí un surco, que ahora otros deben sembrar. Para ser como soy yo hay que ser mucha mujer. Por suerte ahora se habla con las palabras que hay que hablar, no con comillas y paréntesis. Que cada uno haga con su vida lo que quiera, pero que me respeten", sostuvo Chavela.
Más allá de la declaración pública de sus gustos sexuales, la artista dijo que siempre mantuvo apartada su vida privada del espectáculo. "Me ofrecieron un millón de dólares para escribir un libro sobre mi vida privada. Lo rechacé porque no creo que tenga que ir por ahí ventilando mis asuntos. Jamás tuve tantos amores como los que se me atribuyen, eso sí lo puedo y quiero decir. Pero, por sobre todo, soy lo que soy y no tengo que dar explicaciones a nadie".
Aunque se negó a hablar de su vida, la cantante no dejó de hacer permanentes alusiones a lo que se dijo sobre ella. "Hay cosas ciertas y otras absurdas que no me pueden suceder a mí ni a nadie. Me inventaron la historia de que yo me robaba a las gentes a caballo. Yo no tenía un caballo, pero sí un auto Giulietta Spring, que corría a una velocidad enorme. La gente se imaginaba cosas y decía que yo corría a toda velocidad en un caballo blanco y era mi cochecito", dijo.
"Soy como una yegua sin potrero, que patea para todos lados y también como el toro cuando le clavan las banderillas", dijo esta mujer de 82, que aseguró que ahora solo canta por dinero, pero después se dejó conmover y añadió: "Cantar es oficiar un sacrificio. No hay amores, no hay nada. Dicen de mí que detrás de cada canción hay un rostro al que amé: no es verdad. El amor no existe. Lo importante es celebrar un rito sagrado en el escenario. Entonces no hay madre, ni padre, ni amores. Estás tú, sola con tus dioses".
"Mi gran fortuna es mi libertad. Es de lo que más presumo en la vida, de ser libre en los escenarios, no pertenecer a ningún partido político, soy totalmente libre. Ni siquiera le tengo miedo a la muerte", dijo para explicar cómo se sentía luego de la operación a la que fue sometida en Costa Rica, y para hablar del futuro, al que tampoco teme a pesar de sus años y de haber pasado por graves enfermedades.



Octogenaria, Chavela fue amiga de Frida Kahlo.
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