Hace un tiempo las autoridades de Embotelladora del Atlántico cortaron la entrega de botellas de gaseosa a efectivos policiales por la cantidad de pedidos que recibían. A cambio, instruyeron a la custodia para que cuando pasaran policías les convidaran bebidas pero servidas en vasos y para beber en el lugar. Fue así que, el día del robo, los vigiladores no se pusieron en alerta cuando dos hombres enfundados en uniformes del Comando llegaron a pedir Coca Cola. Cuando se levantaron a servirles, irrumpieron los tres cómplices armados y se inició el atraco. Las pérdidas para la empresa pudieron ser mucho más serias. Cinco minutos antes de que llegaran los ladrones, el empleado que contaba la recaudación la había fajado y depositado 170 mil pesos en el cajero, que era imposible de abrir porque ninguno de los trabajadores, por seguridad, conoce la clave para realizar extracciones.
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