Que la CGT oficial levante el paro de 36 horas previsto para el 1º y 2 de marzo, parece ser una clara posibilidad entre los principales dirigentes de esa central obrera. Es más, pocas horas después de la reunión del viernes pasado en la Casa Rosada, uno de los de los sindicalistas que estuvo con Fernando de la Rúa admitió que "si el presidente nos pide este acto de no hacer la huelga para dialogar, no podemos menos que escucharlo y ver qué pasa a partir de esta nueva promesa". La estrategia del gobierno, en tanto, apunta a un acuerdo para la producción que implique un shock de confianza en la economía. Al mismo tiempo, la administración aliancista desea que se levante la medida de fuerza convocada por los caciques dialoguistas e impulsa una paz social que se extienda hasta las elecciones legislativas de octubre próximo, la prueba de fuego para el futuro de la coalición gobernante. Hay una necesidad cierta en el oficialismo: encontrar una salida a la brevedad para poder recuperar la confianza y la iniciativa política.
| |