El ingeniero Vicente Membrado, especialista en seguridad industrial, enumeró otros detalles con relación a los amplificadores instalados en las terrazas: "Lo más grave es que las cajas y los cables no cumplen con las normas de seguridad para instalaciones eléctricas: primero, porque los cables no son para intemperie, lo cual implica que con el tiempo su aislación se deteriora y cualquier persona pueda sufrir una descarga". "Y, segundo, las cajas no están señalizadas como contenedoras de circuitos de tensión, ya que deberían llevar un rótulo de «¡Peligro! ¡Tensión!», propio de instalaciones de 220 voltios". "Cualquier persona sube a la terraza y tiene posibilidad de contacto con las cajas", señaló. "Además, la alimentación eléctrica a los amplificadores en algunos casos se hace directamente a través de la pared sin el correspondiente pasamuro, que es un cañito con aislación completa, por lo que, si se deteriora la cobertura del cable, la pared puede quedar electrificada".
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