Que Coria, que Squillari, que Gaudio. Ninguno de ellos jugará la final de la Copa AT&T hoy ante el brasileño Gustavo Kuerten, el nuevo número uno del mundo. Finalmente será José Acasuso, flaco, alto, de 18 años y un tenis fenomenal que admiraron desde las tribunas del centenario Lawn Tennis Club ni más ni menos que Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini. Acasuso, 172 en el mundo esta semana, al menos 110 desde el lunes, derrotó a Gastón Gaudio, tres de la Argentina, por 3/6, 6/1 y 6/3 en dos horas y 15 minutos de partido que fue seguido por casi 5.500 personas. Por su parte, en el primer turno, el máximo preclasificado del torneo, el brasileño Gustavo Kuerten sacó de la competencia al español Fernando Vicente por 4/6, 6/2 y 6/2 en una hora y 59 minutos de partido. Después de un año irregular para Acasuso, tras sus primeros pasos en 1999 con la explosión en la Copa Ericsson de aquella temporada, vuelve a los primeros planos del tenis nacional y explota hacia el mundo desde lo que significa llegar a una final de ATP en su primera participación y además, como si todo lo anterior fuera poco, definir con Kuerten. Su nombre empieza a sonar con más fuerza aún en los medios, la gente sabe quién es, cómo juega y, por sobre todas las cosas, el Chucho, fana de Racing Club, consigue esta semana edificar las bases de lo que puede ser un trampolín hacia un lugar en el mundo mejor, ya que hasta Roland Garros el misionero defiende solamente 12 puntos de ránking mundial y tiene muchísimo para ganar. Lo de Acasuso fue contundente a la hora de jugar los puntos más importantes del encuentro. Vaya paradoja, él, que tiene menos experiencia, fue quien estuvo más preciso y tranquilo a la hora de rematar los games claves de la semifinal. Se bancó de arranque desperdiciar unos cuantos breaks points antes de que Gaudio ganara en 13 minutos el primer juego del partido, pero mostró un temple sensacional cuando la peleó durante 15 minutos en el quinto game del segundo set para retener su servicio y forzar a un parcial definitivo. En el primero Gaudio jugó por abajo, con mucho ángulo, sin tanta potencia y mucho slice para que Acasuso sintiera lo mucho que cuesta llevar su metro noventa hasta el piso. En el segundo la potencia del hombre de Posadas pudo más. Desde lo más alto del Buenos Aires su hinchada delivery gritaba sin parar. Acasuso, además de potencia, le metió mucho más drops y cambios de ritmo a su juego desde el 4/1 del segundo parcial y Gaudio, por momentos sin alma para ir a buscar la final, lo sintió. En el set final, con la mayoría del estadio volcado a su favor, Acasuso volvió a ser más contundente que su rival. El misionero quebró en el quinto game y, de allí en más, apostando a su servicio tuvo todo bajo control y desde ese momento pareció tener todo absolutamente bajo control. Cuando una derecha de Acasuso no pudo ser devuelta por Gaudio, el pibe se agarró bien fuerte su remera ofrendándola a su hinchada que gritaba más y más, saludó con respeto a su rival, arrojó su Head a la tribuna y luego volvió al centro de la cancha para recibir todos los aplausos. Tan fuerte fue lo de Acasuso que hasta Kuerten pasó a segundo plano a pesar de haber logrado, nuevamente, llegar al primer lugar en el ránking tras habérselo prestado un mes al ruso Marat Safin. La impresión fue que el brasileño ganó el partido cuando quiso, de hecho tuvo claras chances de llevarse en sets corridos ya que tenía ventajas de 4/2. El español se recuperó y ante sorpresa de propios y extraños se llevó el set inicial, pero Guga le tiró todo su tenis en la cancha, Vicente aflojó un poco y Kuerten no perdonó para subirse, algo que nadie había hecho en un torneo en la Argentina, al número uno del ránking. Hoy, a las 14, en la final, como todos esperaban Gustavo Kuerten y como pocos imaginaban, José Acasuso, quien empezó a jugar este torneo el sábado pasado en la qually.
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