Pablo Granados y Pachu Peña fueron sin querer protagonistas de un hecho que sacudió a los medios y a la sociedad: el desafortunado paso del presidente Fernando De la Rúa por "Videomatch", en las última semanas de emisión del año pasado. La cosa había empezado con la imitación del primer mandatario a manos de Fredy. Rápidamente empezaron a llover gruesos adjetivos. El menos benévolo fue "golpistas". Más tarde se sucedieron los equívocos del presidente en el piso del canal, el reclamo por los presos de La Tablada, el nombre equivocado de la esposa de Marcelo y la salida fallida por el decorado, donde pareció que era el presidente quien imitaba al imitador. "Espero que no se repita nunca más. Fue un momento feo para todos", se puso serio Pachu. "Pero hay que rescatar el trabajo de Fredy (el imitador)", se apresuró Pablo. Aunque la pregunta cae de madura: ¿A través de sus personajes y su lectura de la realidad, "Videomatch" opera políticamente? "El programa refleja lo que la gente piensa. Fredy nunca tuvo que hacerse el gracioso para que la gente se riera, sólo exageraba las características del presidente", dijo Pablo. "Si vos estás todos los días palo y palo contra el presidente estás marcando algo. Es como una línea editorial", apoyó Pachu. Así y todo, se supo que tras bambalinas las conversaciones se hicieron ríspidas y se terminó bajando el perfil del personaje. Mucho más cuando fueron señalados de golpistas. "Eso es una boludez. Reconozco que hubo una tensión, un freno en un momento, porque se armó un cosa mediática contra lo que hacía «Videomatch». Se dio un reacomodamiento, el personaje volvió y demostró su fuerza y valor artístico. Y eso es lo más interesante", no dudó en replicar Pablo.
| |