Jerusalén. - La acusación de soborno que pesa sobre allegados al electo Ariel Sharon se suman a las diferencias entre el Partido Laborista y el Likud por la cartera de Finanzas, situaciones que demoran cada vez más la formación del nuevo gobierno en Israel. El jueves se dio a conocer que la policía, desde hace un año, investiga al alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, y al diputado Reuven Rivlin, ambos candidatos al cargo de ministro, quienes habrían cometido irregularidades cuando Sharon fue canciller durante el gobierno de Benjamín Netanyahu. La policía sospecha que Olmert y Rivlin respaldaron una iniciativa del multimillonario israelí David Apel para adquirir la isla de Patroklu, cerca de Atenas, con la intención de construir un centro turístico. El empresario habría prometido a Sharon respaldar su candidatura a la presidencia del Likud a cambio de sus "buenos oficios" frente al gobierno de Grecia, según trascendió. Además de estas acusaciones, el gobierno debe afrontar las diferencias de criterios sobre el ministerio de Finanzas, que Sharon quiere mantener bajo las órdenes de algún integrante de su partido y que los laboristas quieren canjear por el ofrecido en el ministerio de Defensa. El temor de los laboristas es que el primer ministro electo les limite su autoridad en las carteras que le corresponden, mediante un corte presupuestario desde el Ministerio de Finanzas. Sharon expresó, por su parte, que esperaba formar una coalición de unidad la semana próxima para abordar el proceso de paz en el Medio Oriente, a pesar de las luchas internas entre sus potenciales aliados del partido Laborista. El derechista partido Likud de Sharon esperaba contar con un gobierno ya formado a la llegada del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. "Entiendo los problemas que está teniendo el partido Laborista, espero que la semana que viene tengamos un gobierno de unidad nacional que sea capaz de trabajar en conjunto", expresó Sharon, quien aplastó al primer ministro saliente Ehud Barak en las elecciones del 6 de febrero. A pesar de los esfuerzos de Sharon, el Partido Laborista, el mayor bloque político de Israel, fue lanzado hacia una turbulencia por la decisión de Barak, el martes, de abandonar su liderazgo y retirarse de la política. El anuncio desató una batalla por el liderazgo laborista y las controversias internas sobre si los laboristas deberían exigir el ministerio de Finanzas, en lugar de la cartera de Defensa que Sharon había planificado ceder a Barak. "Hoy exigimos el puesto de Relaciones Exteriores, el de Finanzas, y el ministerio de Defensa", expresó la negociadora y miembro del gabinete laborista Dalia Itzik. Medios de prensa han indicado que Sharon le ofreció al ex primer ministro laborista y premio Nobel de la Paz Shimon Peres la cartera de Defensa.
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