 |  | Editorial Un signo alentador más
 | No se equivoca el presidente de la Nación cuando exhorta a sus colaboradores a redoblar esfuerzos con el fin de lograr la reversión del pesimismo que advierte en la sociedad, mucho más cuando la economía parece mostrar ahora algunos indicios de recuperación. Indicios que podrían estar marcando el comienzo del final de la persistente crisis que, desde hace casi tres años, golpea sin respiro, en mayor o menor medida, a la mayoría de los sectores de la sociedad. Es que Fernando de la Rúa sabe cuánto pesa una visión pesimista acerca del futuro en una comunidad resentida por salarios que no alcanzan, fábricas que se cierran y proyectos de mejoras que languidecen sin mayor concreción. No se equivoca el presidente en cuanto al diagnóstico de los estragos que el pesimismo colectivo puede representar para el mañana. En lo que si yerra es en atribuir a los medios de comunicación el motivo de tan negativo estado de ánimo, pero esa es harina de otro costal, que no viene al caso analizar hoy aquí. Lo que sí corresponde considerar, pues tiene relación con el tema es la situación y las expectativas que el sector mayoritario de los rosarinos -el de los consumidores que inciden en las estadísticas- tiene en cuanto a su presente y su futuro. En tal sentido, como bien tituló este diario al difundir la parte pertinente de un relevamiento efectuado en todo el país por la Fundación Mercado, puede decirse que "los consumidores rosarinos están mal pero ven bien el futuro". Ello como consecuencia del "récord en el crecimiento de las expectativas económicas". Los datos del trabajo así lo reflejan. Por ejemplo, si se efectúa la comparación entre diciembre de 2000 y enero de este año, la confianza del consumidor local subió del 15,4 al 28,7 por ciento, en tanto que la del ahorrista pasó de 15,8 a 27 por ciento. Asimismo, en el caso de las familias, el indicador trepó de 15,4 a 28,5 por ciento. Por otra parte, sólo un 11,4 por ciento de las familias incluidas en el sondeo dijo que no estaba en condiciones de ahorrar, a lo cual se contrapuso la revelación de que nada más que el 7,7 por ciento tiene planes de compra de bienes durables (electrodomésticos o artículos de computación). Dicho dato indica que la confianza en el futuro admite serias reservas. En otras palabras: la tenue recuperación económica que se observa con el alejamiento del peligro de la cesación de pagos y la puesta en marcha del demorado plan de infraestructura llevan a que el consumidor rosarino recupere cierta dosis del optimismo perdido. Aunque no tanto como para destacar que ya se transita con absoluta firmeza por el camino inverso al de la decadencia, pero sí lo suficiente como para asegurar que ya se está girando hacia el buen camino.
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