Año CXXXIV
 Nº 49.037
Rosario,
viernes  23 de
febrero de 2001
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Se fue de Boca
Era previsible, Manso no jugará en la Bombonera

Gustavo Conti

Ni siquiera fue necesario preguntar. Se sabía que Damián Manso no jugaría pasado mañana ante Boca. Que las palabras de Ribolzi en la conferencia de prensa ni bien se consumó la derrota ante Chacarita eran el primer indicio de que el volante podía ser parado, algo que luego fue expuesto por el doctor Ignacio Astore el martes y prácticamente confirmado por el propio jugador el miércoles, cuando hizo declaraciones a la prensa que sembraron polémica.
El parte minucioso del médico rojinegro dice que Manso sólo hará hoy tareas de gimnasio y que no realizará actividad alguna durante sábado, domingo y seguramente el lunes, tras lo cual se reintegrará a los entrenamientos para realizar tareas diferenciadas. Y además, que hoy se le practicará una nueva ecografía para constatar la evolución de su fuerte contractura en la cara posterior del muslo de la pierna derecha.
¿Estará para el partido siguiente ante Argentinos Juniors? Difícil saberlo, pero lo que es seguro es que para darle autorización no alcanzará con las ganas que pueda esgrimir el jugador, teniendo en cuenta sus declaraciones de que "juego lesionado desde la época de Castelli". Se le hará la misma evaluación que a cualquiera, como de costumbre, sólo que se pensará dos o tres veces antes de darle el okey.
Es que las palabras de Manso no dejaron bien parado al cuerpo médico y de preparación física rojinegros, que es el mismo desde la época que refiere el jugador. Porque si fuera verdad que jugó lesionado desde entonces, significa que hubo negligencia de los profesionales en permitírselo.
En realidad, seguramente Manso no supo darle el verdadero significado a la palabra. Porque una cosa es estar lesionado y otra dolorido o molesto, algo propio de un jugador con su físico y su estilo, que permanentemente se ve perjudicado por los roces y los golpes rivales. Sino basta recordar cómo jugaba muchas veces Maradona.
Es imposible entonces que un jugador que no esté aceptablemente bien en términos físicos pueda jugar casi en forma ininterrumpida por dos o tres años consecutivos, además de ser figura en varias ocasiones. El volante probablemente quiso expresar que muchas veces desde la época referida jugó con "dolencias", un vocablo distinto a "lesionado", que hoy acumuladas llevaron a Manso a parar la pelota y hablar, seguramente alertado por los insultos hirientes que por primera vez escuchó en su trayectoria.



Manso dijo cosas que molestaron al cuerpo técnico.
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