Año CXXXIV
 Nº 49.036
Rosario,
jueves  22 de
febrero de 2001
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El músico adelantó el recital que ofrecerá mañana en el Parque de España
Daniel Binelli: "Muchos se prenden por dinero"
El bandoneonista aseguró que la moda del tango, para algunos, tiene un claro sentido comercial

U.G.Mauro

"Ya no tiene ningún sentido entrar en discusiones como la de vanguardia versus ortodoxia dentro del tango, como tampoco lo tiene que alguien salga a cuestionar a Astor Piazzolla. Al menos para mí esos son todos temas que quedan fuera de mi interés, de mi esfera de preocupaciones", dijo el bandoneonista Daniel Binelli, quien, acompañado por su quinteto, se presentará mañana, a las 22, en las escalinatas del Centro Cultural Parque de España, para iniciar la charla con Escenario, recién llegado de una gira por Gran Bretaña, a la que visita desde hace tiempo, desde cuando era músico de Osvaldo Pugliese y del Sexteto Nuevo Tango de Astor Piazzolla
-¿Cómo se inició en la música
-Se puede decir que empecé a los 10 años y la gente de Rosario creo que me vio muchas veces como integrante de la orquesta de Pugliese; después hice recitales de música contemporánea con el grupo Encuentro, de Alicia Terzián, y fui a Rosario con un dúo que tenía con Hugo Romero en bandoneón y guitarra. Pero la música y el bandoneón son herencia de mi padre, que era bandoneonista aficionado. Un día me compró un bandoneón y así empecé.
-¿Y el debut profesional?
-Eso fue a los 10 años y a los 15 ya toqué en la primera orquesta típica de Lorenzo Barbero. A los 17 gané un concurso en un programa de TV que se llamaba "Nace una estrella", donde toqué el tango de Piazzolla "Picazo" y a los 18 di mi primer concierto para bandoneón y orquesta en Radio Nacional con una obra de Juan Buscaglia. A los 23 ingresé a la orquesta de Pugliese, en la que además hice de arreglador.
-¿Qué experimentó al trabajar en una orquesta como la de Pugliese?
-Trabajar con él era algo mágico, porque don Osvaldo era un hombre enigmático, con una conducta muy coherente en el trato con los músicos, sobre todo con aquellos a los que les veía condiciones: él siempre les daba la oportunidad de lucirse
-¿Lo fue a buscar o él lo llamó?
-No. El me eligió a mí después de una muy dura prueba en la que participaron numerosos músicos. Eso fue cuando el se fue del Sexteto Tango en el año 68.
-Además de lo que le venía de la infancia, ¿tuvo alguna formación musical académica?
-Sí, en el Conservatorio Municipal de Buenos Aires con Abelardo Alfonsín y después música con Pedro Guetzer y Pedro Aguilar.
-¿Fue muy traumático alejarse de una orquesta como la de Pugliese para trabajar con Piazzolla?
-No, me alejé en muy buenos términos cuando consideré que había hacho mi camino después de 12 años allí. Eso fue en el 82, después de la Guerra de Malvinas. Me fui para iniciar mi carrera particular pero eso se demoró un poco e ingresé a la Orquesta de Tango de Buenos Aires como trabajo fijo y luego formé el dúo Binelli-Romero, con el que estuvimos diez años como dúo y sacamos cuatro discos. Después acompañé a todos los cantantes del género habidos y por haber.
-¿Cómo vivían los músicos de Piazzolla las críticas que se le hacían por su vanguardismo?
-A eso nunca lo tuve en cuentas. Piazzolla siempre estuvo en la vanguardia, aportando cosas nuevas y gracias a él ahora muchos de nosotros podemos hacer giras internacionales, porque fue él quien nos abrió puertas que nadie nos había abierto. Pero además, su música es sublime, algo fascinante. Por suerte, yo pude ingresar a su sexteto, donde trabajé en dos giras europeas y una latinoamericana; hice más de 70 conciertos con él y nunca le dimos importancia a todo lo que se nos decía. Era como que no nos llegaba.
-¿Siempre incursionó en el tango o alguna vez hizo música con otros géneros?
-Mi base es el tango, pero he tocado con grupos de rock como Alas en los 80 folclore con Kelo Palacios y escribí música para películas, y he tocado además con el guitarrista Eduardo Isaac, el paranaense, con el que grabamos un disco en Japón, donde además hicimos conciertos.
-¿Qué está haciendo en la actualidad?
-Además del quinteto tengo un dúo con César Angeleri, que es un guitarrista popular que tocará conmigo dentro del quinteto, aunque también vamos a actuar en Rosario como dúo.
-¿Sigue vigente en el ámbito tanguero la discusión entre ortodoxias y vanguardias?
-Creo que no, pero si existe ya me tiene sin cuidado. No es tema de discusión.
-¿Por qué es tan difícil encontrar sus discos en la Argentina?
-Tengo más de 50 discos grabados entre nuestro país y el exterior. Lo que hice acá fue con sellos como Melopea o cosas como el que próximamente vamos a sacar junto con la revista Clásica, en el que estamos juntos la pianista clásica uruguaya Poli Ferman, que grabamos en enero en Nueva York. Ahí hago tanto tango como improvisaciones sobre música de raíz folclórica de Alberto Ginastera. Con respecto a los discos grabados en el extranjero, los sellos no tienen en cuenta a la Argentina como no consideran al resto de Latinoamérica.
-¿Qué es lo que no le gusta del tango?
-Creo que fundamentalmente hay algunos intérpretes que le hacen mal al género, porque hay mucha gente que de algún modo se prendió del tango para ganar dinero pero no tienen vocación, no conocen el género. El tango bien tocado es algo muy difícil y se debe profundizar en su estudio. Por supuesto, lo bueno es que hay mucha gente joven que trata de estudiarlo como corresponde y eso es muy interesante
-¿Qué opina de las críticas que se hacen a cierta cuadratura y a los lugares comunes que son los que más se difunden?
-Pasa que ese tango algo cargado de clisés está mas relacionado con el baile, y esa es otra historia que se aleja de lo musical. El baile es algo muy interesante -yo fui director de la compañía Tango por Dos durante siete años y puedo decir que recorrí el mundo con ella- y prácticamente tiene una gran aceptación en la juventud que se acercó y disfruta del tango antiguo, el de los años 40 que es el real, el de Pugliese y Carlos Di Sarli.
-¿Pero no le está faltando poetas?
-Letristas creo que no, pero poetas considero que sí faltan. Por lo menos yo a los nuevos y buenos no los conozco, y no veo que haya quien apueste a cosas interesantes.
-¿Cuáles cree usted que son los límites que el tango les impone a las experimentaciones?
-Lo bueno sería que el arte no tuviera límites, pero es evidente que todos los géneros tienen alguno. Esta música permite hacer cosas amplias como armar grupos de música contemporánea con bandoneón, que es algo interesante.
-Cuando actúa fuera del país ¿cómo siente que lo reciben, como tanguero o como ex músico de Piazzolla?
-Me reciben como a un artista. No hay tantos encasillamientos.
-¿El fenómeno del tango fuera del país es tan grande como lo cuentan?
-Es grande e interesa mucho, primero como danza y luego como música.
-¿Coincide con Rodolfo Mederos en que algunas cosas de la vanguardia tanguera como el disco "Generación Cero" fueron demasiado jazzeras?
-No sé. Creo que eso fue lo mejor que hicimos con Mederos, aunque ya estaba fuera del tango.
-¿Los artistas que se ubicaron en la vanguardia están intentando volver a las fuentes?
-Creo que sí y creo además que eso es muy bueno. En mi repertorio voy a tocar cosas mías y de Piazzolla, pero también hay cosas de todas las épocas del tango que las voy a interpretar con el dúo que hacemos con César Angeleri, cosas similares a las que hacen colegas como Juan José Mosalini o Mederos y muchos otros, que están revalorizando clásicos.



El bandoneonista presentará temas clásicos y modernos.
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