Frente a una multitud de fieles procedentes de los cinco continentes, el Papa Juan Pablo II consagró ayer 44 nuevos cardenales, entre ellos once latinoamericanos y un español, configurando definitivamente el Colegio Cardenalicio para la elección del próximo jefe de la Iglesia Católica. El Colegio alcanzó así la cifra récord de 184 miembros. De ellos, 135, al ser menores de 80 años, tendrían derecho a participar en un eventual cónclave celebrado en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Karol Wojtyla, quien tras 22 años de pontificado se encuentra visiblemente envejecido y enfermo. Sin embargo, durante la ceremonia celebrada ayer en la plaza de San Pedro, sobre la que brillaba un sol radiante, el Sumo Pontífice tenía un aspecto sereno y fuerte. Era un gran día para su pontificado pues, además de batir este récord de nombramientos, rompió moldes, rebasando el límite de 120 cardenales electores impuesto por el Papa Pablo VI. El Pontífice mostró en la homilía su entusiasmo por la creación de los nuevos cardenales, en lo que calificó "una gran fiesta para la Iglesia universal. Vuestro servicio a la Iglesia consiste en prestar vuestra ayuda al sucesor de Pedro y vuestra colaboración para aliviar la fatiga de un ministerio que se extiende hasta los confines de la tierra", señaló Wojtyla. Europa perdió por primera vez en la historia la mayoría absoluta en el grupo de los cardenales electores. Los expertos aseguran que el aumento en el número de fieles de la Iglesia Católica es la causa de esta internacionalización del Colegio Cardenalicio, que ahora tiene miembros de 68 países.
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