El entrenador argentino Daniel Alberto Passarella justificó ayer su renuncia al seleccionado uruguayo de fútbol al sostener que "ya era la sexta vez que tenía problemas con Nacional". "Por las convocatorias que tuvimos que hacer, estuvimos en contacto con unos 40 clubes de todo el mundo, de Europa, de Sudamérica. Nunca tuvimos problemas con ninguno, salvo Nacional, con el que tuvimos problemas seis veces", dijo el entrenador en contacto con periodistas de Radio Continental. "La despedida con el grupo fue muy triste. Se había formado un muy buen grupo, pero así no se puede seguir. Deseo que Uruguay se clasifique para el Mundial", sostuvo Passarella, en alusión a las trabas en la cesión de jugadores encarnada por Nacional de Montevideo a instancias de su entrenador, Hugo De León. En este caso, la negativa se dio en el marco de la obligación de los tricolores de presentarse el martes pasado como visitantes ante Deportes Concepción, de Chile, por la fase inicial de la Copa Libertadores de América. Passarella abandonó a la mítica celeste a poco de reanudarse la competencia de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial Japón Corea 2002. Las discrepancias de Passarella con De León están centradas, fundamentalmente, en la cesión de jugadores para el conjunto nacional, dificultad que se estaba tornando recurrente. La dimisión fue anunciada por el propio Passarella en una conferencia de prensa que ofreció en la capital uruguaya de Montevideo. Fuertes trascendidos indican que su próximo paso en el fútbol será como director técnico del Internazionale, de Italia, que justamente atraviesa por una severa crisis futbolística y que varias veces antes tentara a Passarella para contratarlo. Ricardo Cosentino, secretario de Passarella, enfatizó que "Nacional puso infinidad de trabas para la cesión de sus jugadores, entre siete y ocho quedaron en la intimidad y cuatro fueron públicas". El hombre de confianza del conductor argentino recordó que Passarella dispuso de propuestas para irse "en octubre al Inter y en diciembre, otras", pero prefirió quedarse para cumplir su compromiso con los uruguayos queriendo invalidar la versión de un traslado ahora a Italia. "El 6 de febrero fueron citados los jugadores del seleccionado para la primera práctica y simultáneamente Nacional había citado a su plantel para una evaluación física. Por ese motivo, seis jugadores convocados no se presentaron en el seleccionado, ya que quedaron agotados físicamente por esa evaluación", continuó Cosentino con la enumeración de algunos de los reiterados inconvenientes que tuvo el argentino al frente del plantel celeste. La convocatoria por parte de Passarella de la juvenil estrella de Nacional, Vicente Sánchez, también causó la ira de De León y la negativa de Nacional a cederlo. Así, Passarella terminó de considerar definitivamente cerrado su ciclo en el seleccionado oriental, dejando a medio hacer su trabajo en las eliminatorias sudamericanas, que tenía como meta crucial clasificar a Uruguay para el próximo Mundial Japón Corea 2002.
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