A caballo del progreso, Rosario perdió grandes edificios de valor arquitectónico, patrimonio de la ciudad. Por años no hubo legislación ni políticas precisas sobre el tema, pero desde la vuelta de la democracia los gobiernos municipales advirtieron la necesidad de regular la demolición indiscriminada. Sin embargo, y pese a las normativas, en estos años siguieron desapareciendo edificios emblemáticos. Entre las pérdidas mayores figuran el Palacio Pinasco (Oroño y Córdoba), donde hoy se levanta un negocio musical, y el Palacio Arijón (Santa Fe y Laprida). La sala de cine Radar (Córdoba al 1000), que estaba rodeada por la casa natal de Lisandro de la Torre, se convirtió también en un comercio, mientras que el emblemático edificio del Banco Nación (Córdoba y San Martín) fue destruido para levantar otra estructura moderna de la misma entidad. En abril de 1995 el entonces titular de Planeamiento municipal, Rubén Palumbo, anunció a La Capital "un plan de acción contra la piqueta indiscriminada" para que el patrimonio no fuera depredado. Sin embargo, una polémica habilitación para levantar un estacionamiento sobre Córdoba entre Laprida y Buenos Aires acabó con la carrera municipal de Palumbo. El parking se edificó, justamente, en el predio que antes de ser demolida ocupó la antigua casa Tiscornia. Cuando en el 97 se demolió el Mercado Modelo (Oroño 245), el propio Programa de Preservación denunció que no se había respetado el acuerdo de preservar la fachada del siglo XIX. Y ese mismo año otro estacionamiento, en San Juan y Entre Ríos, fue objeto de polémica. Aunque los dueños mantuvieron la fachada del antiguo edificio, se cuestionó la intención municipal de declararlo patrimonio urbano cuando sólo los muros quedaban en pie. Ahora, en el corazón del Paseo del Siglo, se suma una pérdida más.
| |