Aunque con una fuerte vocación por la literatura, el destino de Charles Trenet era el del "chansonnier", esa categoría de artista popular que más allá de la trascendencia que alcanzara nació en los cafés parisinos, generalmente vestido con saco y pantalón de distintos colores, bastón y galerita y que,sobre la base de melodías pegadizas, improvisaba con picardía sobre los políticos, las costumbres y los incidentes de la vida cotidiana francesa, al estilo de un canto de juglaría de fines del siglo XIX y principios del XX. Impulsado por su padre a ser pintor, abandono esos estudios a los 16 años. Se radicó en el Montparnasse marcado por la bohemia y desde allí forjó su carrera. En la cúspide de su fama, cuando Francia comenzaba a cerrar las heridas de las Segunda Guerra Mundial, Charles Trenet inició una gira que entre otros países lo trajo a la Argentina en 1947. En aquella única visita al país para actuar en el teatro Metropolitan de la Capital Federal junto a su orquesta, recordó la influencia que en su ciudad natal, Narbonne, al sur de Francia, recibió de la cultura española y especialmente catalana, y que se tradujo en mucho de su producción posterior pero puso el acento en narrar las persecuciones que su música sufrió por parte de los nazis que ocuparon su país desde 1940 a 1944. Canciones suyas como "Si tu vas a París" y "Dulce Francia" fueron prohibidas mientras la prensa colaboracionista lo sindicaba como "una mala influencia para los jóvenes de su país". Cuando el rock y otros géneros fueron imponiéndose desde los años 60, Charles Trenet fue cediendo espacio a su otra vocación, la de escritor, y por la cual más de una vez estuvo a punto de recibir el premio Goncourt.
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