La encarcelación de Romano Bozzini, el hombre que asesinó a Sebastián Drincovich, permitió a la familia de la víctima recuperar algo de calma. Para Liliana, la esposa de Sebastián, el dictamen le permite al menos volver a hablar con sus hijos sobre el respeto y el valor de la vida humana y la justicia, a pesar del desconcierto y el dolor. La madre de Sebastián, Inés, sostiene que mientras el asesino de su hijo esté en la cárcel "no va a estar en el cumpleaños de sus hijos, no los va a poder llevar a la escuela, no los va a ver crecer". Sólo un punto de acercamiento con una realidad de ausencia que tiene bien presente desde el crimen de Sebastián. Que el asesino esté en la cárcel es un escaso consuelo que encuentra al pensar en la vida que perdió su hijo, en las cosas queridas que tampoco él podrá disfrutar.
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