 |  | Caso Perel: quedan muchas dudas sobre la última cena
 | Los investigadores del doble crimen de Cariló encontraron carne en la parrilla de la cabaña alquilada por el financista asesinado, aunque no hallaron restos de brasas en el lugar. La última cena del ejecutivo Mariano Perel y su esposa, la psicóloga Rosa Berta, sigue despertando interrogantes entre los encargados de llevar adelante la pesquisa. Es que el hallazgo de carne sobrante hizo sospechar a los detectives sobre la posibilidad de que Mariano Perel hubiera cocinado para más de dos personas. Sin embargo, al no encontrarse en la parrilla restos de brasas, los detectives se debaten entre otras dos posibilidades: que alguien hubiera limpiado el lugar o que el asado hubiese sido colocado allí por una tercera persona. Fuentes allegadas al caso informaron que se intenta determinar dónde compró la carne el ejecutivo, ya que en el supermercado de Cariló los empleados dijeron que Perel sólo adquirió ensaladas. Otra incógnita a develar por los investigadores es el motivo por el cual la vajilla del apart hotel, secuestrada tardíamente por la policía, no tenía restos de comida. "Puede ser que alguien la haya lavado, aunque lo extraño es que no se encontrara detergente en el lugar", advirtió un experto convocado para analizar las evidencias recolectadas en el expediente judicial. Los últimos pasos que dio el matrimonio Perel están todavía rodeados de misterio. Y los detectives no descartaron la posibilidad de que las víctimas hubieran compartido con alguien, hasta el momento no identificado, su última cena. De hecho, el hijo del matrimonio, Jonathan Perel, aseguró al declarar ante la fiscal Claudia Castro que no era usual que su padre cocinara asado si no era porque tenía previsto recibir visitas. De todas formas, la fiscal Castro dispuso enviar para analizar la carne sobrante y los restos de dos botellas de vino tinto, marca Felipe Rutini, para intentar establecer si en ellas se encuentran restos de alguna sustancia extraña. En tanto, ya hay una verdadera polémica acerca del accionar policial, que en un primer momento pensó que se trataba de un homicidio seguido por suicidio por razones pasionales. Especialistas de criminalística indicaron que con solo mirar los cuerpos y los detalles de la escena del crimen se concluye que el matrimonio fue asesinado, por eso sostuvieron que las dudas están ligadas a la ineptitud de la policía a cargo de revisar el lugar en los primeros instantes de la investigación. "Los periodistas se tendrían que quedar a vivir en Dolores porque ante cada crimen la investigación policial es tan desastrosa que lleva meses poder sacar alguna conclusión", confesó un veterano magistrado local.
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