 |  | cartas Gracias por tan humanitaria labor
 | Hace ya un año me tocó vivir junto con mi familia un suceso muy desgraciado: mi hermano Hugo sufrió un accidente cerebrovascular. Los primeros días de esta dolencia tratamos de sobrellevarlos, pero nos sentíamos muy tristes. Por suerte, después mi hermano fue dado de alta en el Heca, donde lo atendieron muy bien. Los especialistas de ese hospital de emergencias nos derivaron a otro instituto para tratar las secuelas de dicha enfermedad. Justamente, la razón de estas líneas son agradecer enormemente a ese instituto llamado Ilar, ya que allí se hallan las personas más adecuadas para semejante labor, la rehabilitación del paciente. Con el mayor empeño e interés posible se esmeran en reintegrarle la autoestima al convaleciente. Gracias a todo ese extraordinario grupo de personas, empezando por la asistente social, quien nos atendió con gran cortesía, siguiendo por la señora Marta, de terapia física, y la señora Soledad, de terapia ocupacional, además de la doctora Elsa, de psicología, la doctora Gabriela, de fonoaudiología, y terminando con el doctor Alonso (fisiatra) y el doctor Mónaco (neurólogo), que hasta el día de hoy atienden a mi hermano con magistral profesionalismo. Patricia Fanjul
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