El interventor de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), Antonio Caro, defendió con énfasis los resultados económicos y financieros de la compañía.
Si bien el balance del ejercicio del año 2000 determinó la existencia de un quebranto de 11,6 millones "ello obedece a un acontecimiento de carácter extraordinario producido durante el ejercicio como fue la erogación del programa de los retiros voluntarios. Este programa, desde el punto de vista empresarial, puede verse como una inversión de alta factibilidad económica y financiera que se recupera en su totalidad en dos años mediante el ahorro que produce el gasto de personal", señalo el interventor de la EPE.
En efecto, el balance registró una reducción de casi 10 millones de pesos en el concepto "gastos de administración". De esos 10 millones, unos seis se debieron a la reducción de personal por retiros voluntarios y eso que el programa estuvo vigente sólo durante los últimos meses del 2000".
Sin considerar ese gasto extraordinario, el resultado (ordinario) reportó un saldo a favor de 24 millones, que supera en cuatro millones al del año anterior. Para el interventor Caro, el programa de retiro "significa además una valorización para la empresa en la licitación". Durante el ejercicio 2000 también se incrementó el rubro "otros egresos", pero Caro explicó que ello se debió al incremento de la alícuota de un impuesto nacional, el fondo de electricidad, dispuesto por el gobierno nacional. Además se hicieron previsiones para eventuales juicios futuros.
Cuánto se debe
En cuanto al endeudamiento de la EPE, Caro consignó que la hipótesis más pesimista da una cifra de 80 millones para el final del ejercicio. De todos modos, para el término del primer semestre -cuando la compañía debe pasar a manos privadas- sumaría 59 millones, cuatro más que los registrados a diciembre del año pasado.
El interventor de la EPE explicó que está vigente desde 1997 una autorización de endeudamiento por hasta 100 millones con el Banco Nación, del cual se lleva utilizado un 75 por ciento de la previsión original.
Aunque la empresa está en medio de un proceso de transferencia, está obligada a seguir adelante con los planes de inversión. "El consumo en estos últimos días en Rosario llegó al límite, y no le podemos decir a la gente que no invertimos porque la empresa se va a vender. Las instalaciones están trabajando al máximo y estamos obligados a planificar trabajos para el año que viene en varias zonas de Rosario, como la del Scalabrini Ortíz y Echesortu, más una nueva línea de alimentación", completó Caro.