Año CXXXIV
 Nº 49.032
Rosario,
domingo  18 de
febrero de 2001
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Viaje a la intimidad de una escritora
"Cartas a sus amigos" reúne el epistolario de Marguerite Yourcenar
El libro de casi ochocientas páginas editado por Alfaguara reconstruye parte de la vida de novelista francesa

Fabián Castellano

La edición de "Cartas a sus amigos" de Marguerite Yourcenar permite conocer aspectos inéditos de una de las grandes escritoras del siglo XX. Es un tesoro nuevo para los lectores de la novelista de "Memorias de Adriano", pero un tesoro tamizado por el sello del amor, los celos y la búsqueda de privacidad que puso en la vida de Yourcenar su pareja Grace, ya que como aseguran las recopiladoras de las misivas, la fotógrafa Grace Frick funcionaba como un cerrojo a la hora de ver qué contactos establecía la escritora. Que Yourcenar haya aceptado gustosa el trato no hace menor el tema del control sobre lo que se ponía en las cartas.
La historia de Marguerite De Crayencourt -tal su verdadero nombre-, que nació el 8 de junio de 1903 en Bruselas, de padre francés y madre belga, es lo suficientemente compleja como para entusiasmar con la publicación de cartas que hablan de aspectos más o menos íntimos de su vida. Michéle Sarde, novelista y ensayista que hace poco más de dos años se atrevió a indagar en el mundo personal de la autora de "Memorias de Adriano" en su biografía "La pasión y sus máscaras", decidió realizar un nuevo aporte a la comprensión de la vida de Yourcenar.
En colaboración con Joseph Brami, la biógrafa revisó cada una de las casi 2.000 cartas que la escritora envió a lo largo de su vida. Seleccionó las 300 que integran el volumen editado en castellano por editar Alfaguara, con traducción de María Fortunata Prieto Barral.
Las cartas habían sido previamente ordenadas y archivadas por la propia Yourcenar y su traductora y compañera Grace Frick. Tras la muerte de Yourcenar, las copias fueron a parar a la Biblioteca Houghton de Harvard.
"Hemos estimado que debía aparecer la escritora tanto como la mujer, sin sacrificar a ésta en aras de aquélla, una escritora que se preocupó siempre escrupulosamente de acompañar y esclarecer su obra, una autora a la que venimos a sorprender en su labor epistolar", destaca Sarde en el prólogo de la obra.
Según aclara la ensayista, la mayor parte de las cartas no son manuscritas sino mecanografiadas: "Han quedado las copias en papel cebolla azul sacadas con papel carbón. Nada prueba que los originales fueran expedidos en su día, si no es porque se han hallado muchos de ellos en las colecciones privadas de los destinatarios". Esto indica el cuidado que Yourcenar ponía en su correspondencia y, por tanto, la censura que podía operarse en las cartas. Siempre había una segunda instancia donde arrepentirse de la sinceridad. Más cuando Grace era la encargada de mecanografiarlas. Pasa en todas las parejas, y no es una mácula para Grace sino una realidad del amor, que lleva en su seno el fantasma de los celos.
El proyecto de publicar de manera póstuma una antología ya había sido formulado por Yourcenar a sus allegados y en sus cartas: "En una publicación póstuma, los diversos puntos de vista expresados por el escritor se complementan y se explican unos con otros...", asegura en una de ellas.
La magia, el misterio y el sueño formaron parte de los tópicos predilectos de la escritora, cuyas obras abordan los problemas del mundo contemporáneo a través de los mitos y la historia de la antigüedad grecolatina. También reaparecen en estas misivas, que según Sarde cumple tres finalidades esenciales: "acompañar a la mujer fuera de la obra, acompañar a la autora en su obra, constituir una obra".
Lectora voraz -sus primeras lecturas arrancaron con Ibsen, Proust y Aristófanes y llegó a leer hasta a Enrique Larreta-, Yourcenar creó una serie de personajes femeninos no muy bendecidos por las feministas, pero inolvidables para la historia de la literatura francesa, como la Sofía de "El golpe de gracia" (1939), la Marcelle de "El denario del sueño" (1934) o la Plotine de "Memorias de Adriano".
"No soy feminista -aseguró-, porque estoy en contra de las divisiones, de país, de religión, de especie. mal puedo hacer particularismos sobre los sexos. Creo que las mujeres deberían reclamar reivindicaciones no en tanto mujeres sino como seres humanos".
Estas cartas son un material valioso para acercarse a la escritora pero también hay que reparar que muchas de ellas tienen el formalismo de un trámite. Sin embargo, no hay que dejarse engañar. Eso no sucede siempre El gran trabajo de las editoras al reponer el contexto enriquece lo que parece una sencilla respuesta de cortesía, como es el caso de la carta que se reproduce a continuación, escrita a Victoria Ocampo luego de que ésta salió de prisión ordenada por el peronismo.



Marguerite Yourcenar junto a Grace, su pareja, en EEUU.
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Una carta de Marguerite a Victoria
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