El cine procedente de Asia marcó la segunda parte de la competencia del Festival Internacional de Cine de Berlín. "Asia está resurgiendo", aseguró el saliente director del certamen, el suizo Moritz de Hadeln. En total, compiten por el Oso de Oro en Berlín cinco cintas, en las que llama la atención la tendencia cada vez mayor de los cineastas a aplicar estructuras narrativas europeas o estadounidenses. Eso se nota especialmente en "Ai Ni Ai Wo" (Betelnut Beauty) de Taiwán. El director Lin Cheng Sheng renuncia, por ejemplo, totalmente a la utilización de los clásicos colores simbólicos chinos o a la música para contar una historia de amores juveniles y codicia, como es habitual en el cine joven de Alemania, Francia y Estados Unidos. Por su parte, el director japonés Masato Harado convirtió el proceso de la llamada occidentalización en uno de los temas centrales de "Inugami", una cinta épica muy fuerte en imágenes. Además y en medio de una gran expectativa se estrenó "Joint Security Area" de Corea del Sur. La película es la más exitosa en la historia del cine de su país. Muestra el día a día en la zona desmilitarizada de Panmunjeon con las reglas del cine de misterio, buscando un lenguaje cinematográfico universal.
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