Carlos Liporaci recibió la mala noticia en su despacho del tercer piso de los Tribunales federales porteños. Un funcionario del Consejo le entregó la notificación de sus suspensión por escrito. Poco después el juez Horacio Vigliani, miembro de la Cámara Federal porteña, firmó un oficio en que se designó al juez Gabriel Cavallo como reemplazante interino de Liporaci, por el término de 60 días. "Soy víctima de una campaña desestabilizante de las instituciones de la República", tronó luego Liporaci, y responsabilizó a "sectores" que "pretenden la convulsión del país". También aseguró que no renunciará porque tiene "la verdad". "Estamos convirtiendo al país en una sociedad sospechada donde unos pocos tienen al parecer la suerte de poder bañarse en el Jordán, purificarse, y señalar quiénes son los corruptos: si están con ellos son buenos, si no, son corruptos", había dicho el juez poco antes de que se conozca su suspensión. El juez no identificó a quienes estarían detrás de la presunta campaña en su contra, pero dijo que "seguro" las acusaciones que se le formularon tienen relación con la causa de los presuntos sobornos en el Senado. "Directamente, a través de mi persona, se ataca al Poder Judicial", agregó luego, y denunció que también está padeciendo una "situación mediática manejada por ciertos medios que están cabalgando en estos temas". A pesar del golpe que recibió ayer, Liporaci dijo que no renunciará "porque tengo la verdad; estoy convencido porque así me educaron: que la verdad siempre triunfa", aseveró, y manifestó tener "confianza" en el Jury de Enjuiciamiento, porque "tiene otra composición, con otros consejeros". Estas declaraciones las hizo antes de saber de su destitución, la que obviamente descontaba, por eso aclaró que "allí (en el Jury) la cosa se trata mucho más jurídicamente, donde tengo el mayor de los respetos porque conozco a sus integrantes, y sé que no se dejan llevar por esta presión mediática que viene anunciando desde noviembre del año pasado que seré echado". Liporaci atribuyó su delicada situación a que "se están jugando candidaturas, estamos en un año electoral, creo que se han jugado intereses personales, oportunismo, y bueno, era más fácil votar en contra de Liporaci y no cargar con el cadáver de Liporaci". Luego consideró: "A través de mi persona se ataca al Poder Judicial, que es el que tendría que juzgar a los otros dos poderes, esto me cierra como una convulsión pretendiéndose intereses espurios que desgraciadamente desconozco, pero que hay una campaña desatada de desestabilizar las instituciones de la República no le quepa la menor duda". Por otro lado, mencionó que "otro juez (cuyo nombre no quiso precisar) está en las mismas condiciones que las mías en el Consejo, y llamativamente no se habla absolutamente nada, independientemente de las gravedades de los hechos de cada uno". Por su parte, el abogado del juez, Héctor Rodríguez, defendió la postura de Liporaci de no renunciar porque dijo que tiene "la más absoluta confianza en el jurado de enjuiciamiento, conformado por gente de un grado altísimo de idoneidad".
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