El Nuevo Gasómetro está cerrado para las alegrías rojinegras. Desde 1994, cuando los Santos inauguraron el estadio, Newell's nunca pudo gritar victoria. Pasaron ocho partidos, cinco triunfos de San Lorenzo y sólo tres empates desde aquella vez. Anoche, en un momento pareció que la racha se cortaría, sobre todo cuando Cobelli repitió su costumbre de gol ante el equipo santo, ya que le hizo tres en los últimos partidos. Pero no pudo ser y se repitió la historia de la paternidad azulgrana. Una historia que comenzó en el Clausura 94 cuando empataron 0 a 0, que continuó con tres derrotas seguidas para darle paso a dos empates y dos nuevas caídas. El último festejo leproso visitando a San Lorenzo fue en el Clausura 92 cuando lo goleó 3 a 0 en cancha de Ferro, con goles de Berti, Mendoza y Zamora, en el año del último título profesional rojinegro. Ese fue el 10º y último triunfo de Newell's ante los de Boedo fuera de casa, y sólo había festejado en el 39, 40, 54, 57, 68, 73, 75, 76 y 84. Pero la racha no está alimentada de mala suerte o maleficio, porque por ejemplo anoche los rojinegros adolecieron del poder ofensivo para marcar las diferencias a su favor, que en grandes pasajes del partido merecieron. Y además la sociedad que se está creando entre la experiencia de Larry Saldaña y la Fiera Rodríguez puede darle a Newell's alegrías, pero para ello van a necesitar que Damián Manso reaparezca en todo su esplendor. El volante rojinegro demuestra su categoría en cada jugada aunque sus apariciones son muy esporádicas. Todavía no recuperó el excelente nivel de la mitad del año pasado, en la que hasta había llegado a ser uno de los goleadores de Newell's. Además, otra cuestión a resolver es reemplazar todo lo que aportaba Lucas Bernardi en el mediocampo. Si bien el pibe Juan Domingo Sánchez tiene características muy disímiles a las del volante que se fue al fútbol francés, para que su juego funcione Ribolzi tendrá que plantear alguna variante en esa zona. La oportunidad de recuperarse estará el domingo ante un rival que sí tiene de hijo en el Parque, ya que el devaluado Chacarita sólo ganó una vez en Rosario. Tal vez entonces el maleficio cambie de lado.
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