Por más descabellada que parezca, la nueva hipótesis de algunos de los hombres vinculados con la investigación apunta a sostener que el propio Perel habría contratado a un asesino para que los ejecutara a él y su esposa. Y advierten que el financista tenía graves problemas de dinero, pero un costoso seguro de vida para él y otro para su mujer. "Todos sabemos que en los casos de homicidio los beneficiarios cobran; pero en los casos de suicidio, no", añadieron.
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