La presidenta de la Asociación Rosarina de Ayuda al Diabético (Fradi), Claudia Racedo de Müller, sostiene que "el diabético puede lograr una calidad de vida similar a la de cualquier persona y, por ende, aspirar a los mismos proyectos. No hay demasiados impedimentos. Sólo se necesita un cuidado especial del cuerpo a través de la alimentación, ejercicio físico y medicamentos". Fradi el año pasado realizó una campaña de detección y prevención de la diabetes en cinco unidades descentralizadas para acercarle a los vecinos la posibilidad de controlar dicha enfermedad. Entre otras cosas, se logró que algunos diabéticos continuaran con el tratamiento -en algunas situaciones interrumpido por razones económicas- y se detectaron nuevos casos.
La tarea de prevención se hizo en cinco unidades descentralizadas ubicadas en Buenos Aires 2155, Perón 6699, Superí 2464, Mitre 3828 y Bermúdez 5700. "Las personas a las que se detectó la enfermedad en la campaña recibieron un seguimiento sobre su estado de salud. Más de 16 personas están bajo terapia, atendidas en el hospital Víctor J. Vilela y el servicio de endocrinología del Centenario. Además, se hallaron muchos pacientes que habían interrumpido el tratamiento por razones económicas. Para ellos conseguimos los medicamentos necesarios mediante la colaboración de laboratorios", explica Racedo de Müller.
Los encargados de la campaña fueron los chicos que pertenecen a Fradi, llamados jóvenes educadores, cuya tarea es informar y prevenir sobre la diabetes. Ellos contaron con el asesoramiento de un equipo profesional compuesto por Miriam Umansky, Aníbal Rodríguez Pécora, Amílcar Menichini, Adriana Brufman y Hebe Gori. "Los mismos educadores midieron el nivel de glicemia a través de biosensores. Cuando detectaban valores anormales, derivaban el paciente a un profesional médico", cuenta Racedo de Müller.
El tratamiento, como explica la titular de la entidad, consiste en un plan de alimentación, un ritmo de comida más frecuente (cada dos horas) actividad física para evitar el sobrepeso, medicación y controles médicos periódicos.
El mayor número de diabéticos se encontró en la unidad descentralizada situada en Bermúdez 5700. En el lugar se constató que muchas personas habían abandonado el tratamiento. "Los chicos debieron estimularlos para que continuaran con los controles -cuenta Racedo de Müller-. Por otro lado, en las mesas de detección dimos con varias diabéticas estacionales, aquellas que están embarazadas y durante la gestación tienen valores elevados de glicemia, por lo que también deben realizar la terapia".
Desde hace diez años
Fradi hace diez años que viene realizando la campaña de detección de diabetes. Además organiza cursos de educación diabetológica junto con profesionales de nuestra ciudad y campamentos donde los chicos aprenden a autoaplicarse la insulina y a hacerse los controles. Tanto los jóvenes educadores (junto a sus padres) como el equipo médico asesor tienen como finalidad transmitir conocimientos sobre la diabetes para lograr una mejor calidad de vida. La sede se encuentra en Lavalle 2035, con atención de martes a viernes, de 9 a 11, y el teléfono es 4317399.
Esta asociación, en la Primera Feria de Proyectos Juveniles de la Ciudad de Rosario y su Región "Participar hace la diferencia" (realizada el 28 y 29 de abril del 2000), obtuvo mención especial en la categoría stand por el proyecto "Jóvenes educando en diabetes".
Según la presidente de Fradi, "mucha gente le teme al diagnóstico de diabetes y ese miedo paraliza. La causa principal es el desconocimiento. Con información se logra modificar los hábitos y sentir mayor autoconfianza. A través de la campaña, obtenemos un cambio de actitud. Muchos retomaron el tratamiento y los que se hacían controles esporádicos están concurriendo al hospital en forma constante".