El real comenzó a trepar y los mercados latinoamericanos a temblar. Argentina recibió el blindaje financiero, pero no deja de ser una economía que todavía se mueve al compás de lo que acontece en el mundo exterior.
Brasil tiene un fuerte vencimiento de bonos el martes 20 de febrero, por lo cual el gobierno debía salir al mercado a comprar 2.500 millones de dólares. Esto desató una ola de rumores en el mercado y los especuladores salieron a cubrir posiciones.
El presidente del Banco Central de Brasil (BCB), Armiño Fraga, un hombre que estuvo ligado al magnate húngaro George Soros, salió a descomprimir la presión se estaba viviendo en el mercado brasileño.
En primer lugar, puso a la venta bonos en dólares que poseía en cartera por un monto de 2.500 millones de dólares y anunció que durante todo el año sólo saldrá a comprar 1.200 millones de dólares en el mercado cambiario.
En segundo lugar, el gobierno se había comprometido a aumentar el gasto público en 9.000 millones de dólares.
De un solo decreto el gobierno brasileño redujo ese aumento en 6.300 millones de dólares y de no mejorar la recaudación dejaría sin efecto el aumento planeado por el Congreso.
Con estas dos medidas el gobierno y autoridades del Banco Central de Brasil, con decisión y firmeza (pese a los problemas existentes en la coalición gobernante) llevaron tranquilidad al mercado y el real comenzó a revaluarse.
Debe quedar claro que Brasil esta privilegiando por encima de todo que se cumplan los compromisos internacionales, ya que la suba del real, echaría por tierra la posibilidad de cumplir la meta de inflación para el año 2001. Por otro lado, no podría llevar adelante la política de reducción de la tasa de interés doméstica, que se ubica en el 15,25%, y que difícilmente se modifique a la baja en la próxima reunión del BCB el próximo miércoles.
En este escenario de inestabilidad de los mercados de la región, la Argentina se volvió a ver afectada y, una vez más, se comprueba que las mejoras en los precios de los activos financieros vienen de la mano de las virtudes externas -y no de las internas-, siendo nuestro país muy vulnerable ante la inestabilidad de los mercados mundiales.
A pesar de los vaivenes en el mercado accionario, en donde el volumen estuvo ausente, los bonos mostraron un comportamiento positivo al compás del exitoso canje de deuda que el gobierno llevo adelante.
El futuro de las acciones
En cuanto a las acciones, la baja estaba cantada de antemano. Una vez dejado atrás enero, digerida la baja de tasas internacionales y el blindaje financiero, el mercado iniciaría un recorrido a la baja, tratando de reacomodarse en nuevos valores y a la espera de noticias que le permitan descontar un escenario futuro.
Los balances ingresados no permiten de mostrar números acordes al momento económico que vive la Argentina, los resultados no alcanzan a convalidar nuevas subas por el momento y las expectativas no lucen del todo favorables.
Si bien el gobierno nacional a conseguido financiarse a tasas muy bajas y el canje de deuda fue un éxito, el único beneficiado en este proceso ha sido el Estado, mientras que el sector privado aún no recibió los beneficios del blindaje financiero, ya que los préstamos no aumentaron y las tasas activas tampoco lo hicieron lo necesario como para reanimar la demanda de nuevos préstamos.
Por otro lado, el gobierno argentino acaba de informar el déficit de tesorería en el mes de enero trepó a los 942 millones de dólares, una cifra muy superior a la registrada un sólo doce mes atrás.
Si bien rubro más elevado en el gasto fue el pago de intereses, que se ubicó en los 752 millones de dólares, es necesario una urgente reasignación y reducción de las partidas del gasto público, de modo tal de poder cumplir la meta pactada con los organismos financieros internacionales, que planea un déficit de 6.500 millones de dólares para todo el año 2001.
Habrá que volver a plantearse la necesidad de una rápida respuesta del gobierno a las demandas del mercado. Es necesario comunicar y realizar una urgente baja del gasto público y una agresiva reducción de impuestos que den lugar a una rápida reactivación de la economía.
Es imperioso que dejar de hacer encuestas de expectativas para pasar a la dura realidad que dicta el presente. En Brasil la devaluación del real perjudicaba las políticas de gobierno, en menos de 7 días bajaron el gasto y realizaron bonos en cartera con el fin de reacomodar las cuentas públicas y cambiar las expectativas.
La Argentina cambió las expectativas por la baja de tasas las tasas de interés en Estados Unidos y por la recepción de un megapréstamo internacional, después de esto no realizó nada por convencer a los inversores locales, que sólo entienden razones cuando el déficit es más bajo que un año atrás, lo demás es puro cuento.
Conclusión
En cuanto a las acciones, la baja estaba cantada de antemano. Una vez dejado atrás enero, digerida la baja de tasas internacionales y el blindaje financiero, el mercado iniciaría un recorrido a la baja, tratando de reacomodarse en nuevos valores y a la espera de noticias que le permitan descontar un escenario futuro.
Los balances ingresados no permiten de mostrar números acordes al momento económico que vive la Argentina, los resultados no alcanzan a convalidar nuevas subas por el momento y las expectativas no lucen del todo favorables.
Si bien el gobierno nacional a conseguido financiarse a tasas muy bajas y el canje de deuda fue un éxito, el único beneficiado en este proceso ha sido el Estado, mientras que el sector privado aún no recibió los beneficios del blindaje financiero, ya que los préstamos no aumentaron y las tasas activas tampoco lo hicieron lo necesario como para reanimar la demanda de nuevos préstamos.
Por otro lado, el gobierno argentino acaba de informar el déficit de tesorería en el mes de enero trepó a los 942 millones de dólares, una cifra muy superior a la registrada un sólo doce mes atrás.
Si bien rubro más elevado en el gasto fue el pago de intereses, que se ubicó en los 752 millones de dólares, es necesario una urgente reasignación y reducción de las partidas del gasto público, de modo tal de poder cumplir la meta pactada con los organismos financieros internacionales, que planea un déficit de 6.500 millones de dólares para todo el año 2001.
Habrá que volver a plantearse la necesidad de una rápida respuesta del gobierno a las demandas del mercado. Es necesario comunicar y realizar una urgente baja del gasto público y una agresiva reducción de impuestos que den lugar a una rápida reactivación de la economía.
Es imperioso que dejar de hacer encuestas de expectativas para pasar a la dura realidad que dicta el presente. En Brasil la devaluación del real perjudicaba las políticas de gobierno, en menos de 7 días bajaron el gasto y realizaron bonos en cartera con el fin de reacomodar las cuentas públicas y cambiar las expectativas.
La Argentina cambió las expectativas por la baja de tasas las tasas de interés en Estados Unidos y por la recepción de un megapréstamo internacional, después de esto no realizó nada por convencer a los inversores locales, que sólo entienden razones cuando el déficit es más bajo que un año atrás, lo demás es puro cuento.