Sorprenden a quienes pasean por la peatonal. Se acercan a los automóviles en los semáforos de las esquinas más transitadas, y en los barrios golpean las puertas de las casas. Solicitan una colaboración para alguna asociación de bien público o en nombre de alguna causa justa y, a cambio, entregan un bono o un folleto. Después resulta que la entidad invocada es inexistente o se encuentra al margen de la colecta. En los últimos tiempos más de una institución de la ciudad se vio involucrada en esta nueva versión del cuento del tío que suele dejar jugosos dividendos. Para los damnificados, el eje del problema es la falta de control que existe sobre la realización de estas campañas truchas.
Todos los días, unos cuatro jóvenes se instalan en la peatonal Córdoba -entre Sarmiento y Mitre- solicitando contribuciones para una "organización que ayuda a enfermos de sida". A cambio de algunas monedas entregan un folleto con consideraciones acerca de la enfermedad. Otros, simplemente, reconocen que no pertenecen a ninguna institución, pero están juntado plata "para un amigo que es portador de HIV y tiene a su mujer y su hijo internados". Estos personajes hace más de dos años que trabajan en el mismo lugar, ya son parte del paisaje de la peatonal y hasta la gente les esquiva cuando los reconoce.
¿Cuánto dinero pueden recaudar por día? Es un misterio. Ellos dicen que les "alcanza" para que su amigo y su familia "vivan bien" y quienes conocen su movimiento por la peatonal aseguran que "pueden hacer unos 50 pesos por día". Cifra que, mensualmente, resultaría más que apetecible para cualquier mortal.
Desde hace unos dos años, la titular de la Organización de Familiares Enfrentando al Sida (Ofes), Gladys González, se cansó de denunciar públicamente que ninguna organización de lucha contra el sida está avalando esta campaña que se realiza en Córdoba y Sarmiento. "Sin embargo, estas personas continúan en el mismo lugar, burlando la buena fe de la gente", advirtió González.
Y no es este el único caso que existe en la ciudad. En los últimos días el Hogar del Huérfano recibió un gran número de llamadas preguntando si la entidad estaba organizando alguna colecta. Es que tanto en las inmediaciones de Laprida y Cerrito, como en los semáforos de avenida Pellegrini y en los alrededores de Alberdi un grupo de personas estaba ofreciendo almanaques y estampitas "para juntar fondos para el Hogar".
La directora de la entidad, Laura Wescamp, se cansó de repetir que "no existe ninguna campaña que esté desarrollando el Hogar del Huérfano", y recordó que "periódicamente aparece gente que invoca nuestro nombre para pedir dinero para otros fines".
Falta de control
La Fundación del Hospital de Niños Víctor J. Vilela también fue usada, en muchas ocasiones, para estos fines non santos. "Dos o tres veces al año tenemos que afrontar este problema", reveló el secretario general de la organización, Carlos Guevara. Para los damnificados, la realización de estas campañas truchas crece a la sombra de la "falta de control" que existe sobre la venta de bonos o colectas solidarias.
Guevara lo ejemplifica de esta manera: "Denunciar estos casos termina perjudicando el nombre de la propia institución. Podemos hacer una presentación, pero termina muriendo en el juzgado. Como la denuncia no se realiza contra algún particular, sino que es anónima porque desconocemos quién está detrás de esto, el resultado final es cero".
El director de Control Urbano de la Municipalidad, Ubaldo Modarelli, explicó que para realizar colectas las organizaciones tienen que contar con la autorización de las secretarías de Gobierno y Promoción Social, pero a la vez reconoció que "a excepción de que algún vecino las denuncie, no hay un control sobre la realización de colectas".
"El poder de policía de la Municipalidad es muy limitado. La peatonal Córdoba o la zona de La Florida están más vigiladas porque son los lugares donde se convoca a más cantidad de gente. Pero no tenemos un departamento abocado a este tema", se excusó Modarelli.
Sin embargo, en plena peatonal los supuestos integrantes de organizaciones de lucha contra el sida siguen haciendo la colecta. "Son falsos", aseguró un oficial de policía que está apostado periódicamente en la peatonal y dice conocerlos. "Pero nosotros no podemos hacer nada. La opción de darles o no plata queda en la gente", agregó al instante.
Pero para la titular de Ofes el asunto no termina aquí: "Lo peor de todo esto es que esta gente no sólo juega con la solidaridad de quien se acerca a darles una moneda, sino que también desprestigian a las personas que enfermas de sida tratan de vivir dignamente".
La Ciudad
