Año CXXXIV
 Nº 49.025
Rosario,
domingo  11 de
febrero de 2001
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Así llegan los equipos rosarinos al Clausura 2001
Newell's: Un equipo con pronóstico optimista

Luis Castro

El objetivo es lograr algo". La frase es esbozada hasta el cansancio tanto por los jugadores como cuerpo técnico. Saben que este torneo Clausura que se viene será fundamental. No habrá posibilidades de especular demasiado. La premura de los rojinegros es la misma que tienen los hinchas. Ya no hay tiempo de pensar en "armar una base". Es hora de lograr algún objetivo, así lo sienten todos.
¿Para qué está Newell's? La pregunta suena difícil de contestar, pero por lo visto y analizado hasta ahora, el pronóstico puede ser optimista. El equipo está en condiciones de mezclarse en la pelea por los primeros puestos, si es que logra mantener el equilibrio lógico y necesario para alcanzar esa meta. Las armas para alcanzar esa meta están, sólo depende de cómo se logre usarlas para cazar ese objetivo. Además, salvo Boca y River -siguen marcando la diferencia con el resto de los conjuntos- los demás están casi en las mismas condiciones que Newell's. Por eso el panorama puede resultar alentador para los del Parque de la Independencia.
Con la ida de grandes figuras, el fútbol nuestro parece haberse equilibrado (hacia abajo). Y eso puede resultar beneficioso para un conjunto -al igual que los demás participantes- que deberá alcanzar algún logro importante. Claro que la ida de Lucas Bernardi, la figura y el motor rojinegro, es una baja muy difícil de suplir. Juan Domingo Sánchez es el hombre elegido, pero dista demasiado de parecerse a su antecesor por las características de juego -más lento, pero de mejor dominio de la pelota-. El resto del equipo es el mismo, incluso se sumó Maximiliano Rodríguez, quien aparece como un jugador fundamental en el esquema del Ruso y que puede resolver el gran dilema existente desde la era de Andrés Rebottaro tras la fuga de Pablo Guiñazú (hoy en el Perugia): el sector izquierdo.
Sebastián Cejas aporta seguridad en el arco. La defensa, con Juan Pablo Vojvoda, Fabricio Fuentes y Fernando Crosa, está sólida. Damián Manso, cuando se enchufa, juega para el equipo y no para la tribuna, hace la diferencia. Julio Saldaña aporta lo suyo con su experiencia. Sebastián Cobelli está en uno de sus mejores momentos y no perdona en el área. Con esto, más el aporte del resto, a Newell's le alcanzaría para lograr buenos resultados y calzarse el mote de protagonista.
Los puntos en contra residen, fundamentalmente, en la irregularidad. En muchas ocasiones Newell's no logra mantener el equilibrio futbolístico. Además, la Mansodependencia aún parece estar presente. Cuando el Piojo juega y no se duerme en la cancha, los rojinegros son un equipo, pero cuando desaparece es otro y el fútbol se ausenta. Por eso este debe ser el año de la consolidación y de la regularidad del talentoso volante. Deberá demostrar todo lo que sólo él sabe para tener la posibilidad tan anhelada de ser transferido al fútbol europeo.
A priori, la conclusión es clara. Newell's está en condiciones de dar pelea, más allá de aquel conflicto que mantuvo en vilo al pueblo leproso y que dejó algunas secuelas entre cuerpo técnico y plantel. Claro que todo depende de ellos y de respetar el pacto realizado de empujar todos hacia adelante. Ante la paridad existente en el fútbol argentino, esta es la oportunidad que debería ser aprovechada por Ñuls para buscar un lugar entre los primeros. Así se lo exigen los hinchas. Así lo desean los futbolistas. El rendimiento y los resultados darán el veredicto final.



Newell's va con Ribolzi en busca de una alegría.
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