Rodolfo Montes
Eligió instalarse durante el verano en Mar del Plata, su ciudad natal, junto a su mujer para trabajar más cómodo. Pero Favio Posca no se limita solamente a cumplir con los compromisos laborales. También hace uso pleno de su condición de veraneante y es común verlo por las playas del sur animándose con una tabla de surf, enganchado en un voley playero o desafiando la velocidad del jet sky entre las olas del mar. Fiel a su estilo de actor intenso, creador y hacedor permanente, Posca está en la Feliz haciendo teatro y radio. Los fines de semana sale al escenario del teatro La Subasta con el potente "Mamá èstá presa", y de miércoles a domingo conduce un programa en Rock & Pop Beach. Si bien lleva once años afincado en Buenos Aires, cada regreso, y sobre todo los veranos, son puro regocijo para el corazón de un hombre que jamás baja los brazos. Su estilo es desplegar tormentas expresivas a ritmo sostenido y así se ganó el afecto del público, no solo del local. Este año se instaló en la calle Güemes, que esta temporada destronó a la Alem como el paseo de moda. En el complejo La Subasta, del que el rosarino Darío Grandinetti es uno de los socios propietarios, y que incluye un salón de usos múltiples, un teatro-bar para 420 personas y la sala principal con capacidad para 700 personas, donde el creador de El Perro y el ex Bambi de "Gasoleros", despliega su fuego sagrado. En una charla con Escenario, el actor reveló su particular momento, su relación con la ciudad natal "a la que nunca olvido", asegura, y las múltiples significaciones que dispara su actual espectáculo "Mamá èstá presa". La propuesta es fuerte y con identidad Posca. Juega con audacia y le sale bien, con las variantes que ofrece la palabra "èstá", según donde se la acentúe, y con la palabra "presa", que cambia de significados aun sin modificar su acentuación. -¿Cómo llegaste a la profesión de actor? -Mi formación es bastante amplia y nunca paré de estudiar. En principio me dediqué a la música, soy compositor. Después busqué enriquecer lo actoral desde distintas disciplinas. Estudié acrobacia, pantomima, canto, danza clásica, moderna y contemporánea. Todo buscando poder expresarme sobre el escenario como se me dé la gana. Me preparé para que me sobre motor cuando actúo. Me siento como una 4x4 cuando anda por la montaña y puede hacer lo que quiere. Digo, teniendo técnica puedo deformar y dispararme hacia donde yo quiera. -¿Tenés claro quién o quiénes te impactaron como referentes en este oficio, y provocaron tu inclinación hacia el arte? -Más que en personas pienso en un mundo de imágenes como punto de partida de mis composiciones. Son muchas cosas que convergen. Pienso en el cine, en la música, en los viajes que hice, más que en lo propiamente teatral. Yo plasmo desde otro lugar. -¿Hacer "Mamá èstá presa" en ésta, tu Mar del Plata natal, tiene un valor afectivo adicional? -Soy un tipo que no suelo olvidar fácilmente y, sin falso pudor, creo que eso es una virtud. Normalmente me comprometo con mi palabra y con mis afectos. Estrenar mi tercer espectáculo en la ciudad es un acto de devolución de todo lo que me dieron y me siguen dando verano a verano. Siempre tengo presente cuando hacía mis temporadas en la ciudad, mucho antes que me conozcan en Buenos Aires. Podría haber estrenado en marzo en Capital, pero decidí hacerlo aquí, con una producción propia. -¿Producir agrega más riesgos al emprendimiento? -Cuando nadie apuesta en Argentina, paradójicamente yo aposté. Armé una superproducción para lo que es el teatro La Subasta y estoy muy feliz con eso. -¿Cómo venderías "Mamá èstá presa" a tus fans y a los que nunca te vieron? -El que ya me vio se va a encontrar con algo nuevo. Hay un abordaje distinto de los personajes, hay mucho rock y por eso es un espectáculo más hermético a nivel juventud, se procesa información de manera sintética. Si te lo tengo que resumir sería una mezcla de risa, convulsión, sexo, violencia, hip-hop, transe, rocanrol, ambient y sobre el final un sex show al mejor estilo Amsterdam, donde yo casi me desnudo y manejo elementos sado masoquistas. Todo hecho por nosotros, nada comprado. Ahí la gente flashea con una música muy al palo, muy electrónica. -¿Cómo entra la palabra en el espectáculo? -En el medio hago una bajada de línea en relación a lo social que no es panfleto, pero refleja un interés permanente en mí de hablar de lo marginal. Me refiero a los chicos y madres de la villa, a los que tienen que salir a robar para poder comer. -¿Cómo surgió "Mamá èstá presa"? -"Mamá èstá presa" tiene múltiples direcciones de sentido. Va sobre la idea de la ilusión de "la madre", la pone más allá de la veneración y abre juicio crítico sobre esa figura. Analizo las diferentes crianzas y cuestiono. La primera parte del espectáculo habla de seres con las cabezas agujereadas no solo por sus relaciones familiares; por las relaciones humanas en general y los comportamientos que de allí se surgen. En cuanto al título "Mama èstá presa" específicamente, busco desde el humor dar una referencia sexual. Tal vez remite a "ésta" o a "de acá", expresiones que fueron inventadas por célebres humoristas. Estoy haciendo el auténtico teatro del 2001, algo totalmente nuevo. -"Mamá èstá presa" tiene momentos violentos. ¿Ese rasgo actualiza una obra de teatro? -Es un trabajo teatral que hace reír hasta la convulsión y también es muy violento. Tiene que ver con el modo de vida que tenemos en este nuevo siglo, con la información que estamos recibiendo todo el tiempo. Es todo muy crudo, siempre en el tono del humor dramático que nos toca vivir. El Favio Posca músico aparece en la obra. ¿Cómo te llevás con ese costado artístico? -En este trabajo es donde mejor aparezco como músico y compositor, donde más me expongo y también donde mejor está tocada la banda. -¿Sos de respetar tus guiones o los modificás constantemente? -Normalmente mis espectáculos van mutando a propósito de lo que voy viviendo y por situaciones que tienen que ver con el tiempo. "El perro que los parió" hizo todo un recorrido y se modificó mucho pero no diría que se trató de improvisación, sino más bien por estar atento a la actualidad y a ciertos cansancios que me producen los temas. Entonces los abandono y tomo otros. -Cuando decís actualidad, ¿buscas tener un registro periodístico al subir al escenario? -Te diría un registro generacional, joven. Busco narrar con personajes que pueden ser del cine, o de la síntesis que ofrece la televisión. Todo eso sobre el escenario. -Combinar trabajos en teatro, radio, televisión y cine, ¿habla de una carrera con cierta aceleración productiva, o lo llevás cómodo? -Creo que lo llevo cómodo. Me moviliza la inquietud por darle a mi público cosas distintas, dar pasos y que esos pasos sean jugados. Yo podría instalarme en algo más seguro, más fácil, y sé que pegaría. Sin embargo, cuando salgo con "Mamá èstá presa", además de presentar un nuevo espectáculo, estoy intentando dar un nuevo paso desde lo estético, lo musical, lo escenográfico y desde el discurso que hago como artista. El paso es muy importante. Me podría haber quedado en "El perro que los parió" y seguir hasta la octava versión. Seguramente a la gente le hubiera gustado también. Fue un espectáculo muy instalado... instaladísimo, pero me estoy jugando con algo nuevo. Imaginate que tenés que pasar airoso la crítica y la respuesta del público, que es bien difícil. -¿Cómo sigue tu trabajo en el 2001? -Pienso seguir en Rock & Pop Beach y en La Subasta hasta la primera semana de marzo. Después descanso un poco y vuelvo en Semana Santa. En abril la idea es ponerlo en el complejo La Plaza, allí me instalaré. Ya más adelante, en otro etapa, creo que vamos a encarar una gira con el espectáculo. -¿Cómo es tu programa de radio? -Es un momento de placer, algo que me gusta, pongo música con total libertad y si tengo ganas voy metiendo alguno de mis personajes, pero todo tranquilo. Por suerte va todo bien porque me renovaron por todo febrero. Lo que no hago es hablar con la gente al aire, necesito expresarme con la música como para empalmar bien con el teatro.
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