Un hombre de 34 años fue brutalmente asesinado de 18 puñaladas en el interior de su casa en el barrio Las Malvinas, ex Refinería. Dentro del inmueble no se hallaron signos de violencia, como tampoco huellas que evidencien que la víctima haya intentado defenderse, por lo que la hipótesis más firme era la de un presunto crimen pasional. Siguiendo esa pista, la policía detuvo a un hombre y una mujer conocidos de la víctima que serían los presuntos autores del hecho. Los investigadores presumen que el móvil del asesinato habría sido una disputa por la mujer mantenida entre la víctima y el homicida.
El sangriento episodio ocurrió ayer a la madrugada en la vivienda ubicada en pasaje Puccini 543, donde vivía Juan Antonio D'Agostino. El hombre era soltero y habitaba una discreta casita prefabricada que alquilaba desde hace más de dos años frente a la avenida De las Tres Vías, jurisdicción de la seccional 8ª. El cuerpo fue encontrado alrededor de las 9 de la mañana por un amigo y socio de la víctima.
Ese hombre, cuyos datos personales no trascendieron, tenía una relación comercial con D'Agostino, ya que ambos manejaban una cadetería. Según fuentes de la Brigada de Homicidios, el socio de la víctima llegó hasta la vivienda del pasaje Puccini preocupado porque Juan no había aparecido la noche anterior para atender cuestiones referidas al negocio como lo habían convenido.
D'Agostino yacía sin vida recostado en la cama inferior de una cucheta. Se encontraba semidesnudo, vestido sólo con un calzoncillo y una remera y su cuerpo miraba hacia la pared. Voceros policiales remarcaron que tenía 18 puñaladas, la mayoría de las cuales fueron asestadas de la cintura para arriba. También tenía un puntazo que le atravesó una mano.
Una reunión previa
Salvo la inmensa mancha de sangre que cubría las sábanas, la policía no halló en el resto de la casa otros signos de violencia. Los peritos que examinaron el cuerpo tampoco encontraron algún rasgo de defensa por parte de la víctima. Por eso estimaron que la víctima pudo ser atacada cuando se encontraba indefensa, es decir durmiendo o en estado de obnubilación por ingesta de alcohol.
En ese sentido, los investigadores hallaron en el comedor de la casa tres vasos con restos de cerveza y tres envases vacíos de esa bebida. Por eso presumieron que D'Agostino había estado reunido antenoche con dos personas. Además, ni puertas ni ventanas habían sido forzadas, por lo cual estimaron que la víctima conocía a esas personas y les facilitó el ingreso a la casa.
Siguiendo esa hipótesis, un hombre y una mujer fueron detenidos ayer por personal de la Brigada de Homicidios y de la comisaría 8ª. Se trata de Aníbal Sterli, de 32 años, y su novia Mariana Colazo, de 23, quienes -según testimonios de los vecinos- solían frecuentar la vivienda de la víctima. Los testigos manifestaron haber visto a la pareja en las inmediaciones de un quiosco de bulevar Avellaneda y Grondona en el cual D'Agostino compró las bebidas halladas en la escena del hecho.
Alrededor de las 20 los investigadores allanaron la casa de Sterli, de pasaje Puccini 519, y el domicilio de la mujer, en pasaje Grondona 830. En esta última vivienda hallaron prendas de vestir pertenecientes a la víctima con manchas de sangre.
Según un vocero de Homicidios, los detenidos reconocieron que habían estado hasta altas horas de la noche tomando cerveza con la víctima, pero negaron haber participado del crimen. El informante señaló que Sterli tiene una "conducta agresiva" y cuenta con numerosos antecedentes penales y condenas por robo.
En tanto, la policía ordenó peritajes de las manchas de sangre de la ropa secuestrada y de las huellas dactilares recogidas en el lugar del hecho, a la vez que intentaba localizar el arma homicida.
"Hasta ahora los elementos hacen suponer que se trataría de un crimen pasional. Incluso no descartamos que la víctima haya sido sorprendida mientras tenía relaciones sexuales", confió una fuente policial. Según el vocero, "el móvil sería un conflicto que se habría producido el domicilio de la víctima. Aparentemente surgió una disputa por la mujer que culminó en el crimen, luego de la ingesta de una abundante cantidad de alcohol".
Con la detención de estas personas la posibilidad de un homicidio en ocasión en robo quedó prácticamente descartada, aunque se comprobó que había desaparecido un equipo de música.
Vecinos de Puccini al 500 se mostraron ayer sorprendidos por el macabro hecho. Todos en la cuadra se enteraron que algo grave había sucedido cuando escucharon las sirenas de la policía. Durante la madrugada del sábado no se escucharon gritos ni ruidos extraños, nada que hiciera suponer que en la casa de D'agostino ocurrió algo distinto a lo normal. "No se escuchó nada en toda la noche. Llovía a cántaros y el ruido de los ventiladores a lo mejor tapó todo", contó una vecina que vive justo al lado del lugar del crimen.
Una relación terminada
"No lo podemos creer. Tanta violencia para un muchacho bueno, que no se metía con nadie. Era un buen vecino y en los dos años que vivió aquí jamás tuvo problemas y nunca se supo que anduviera en algo raro", dijo Gisela Saberlia, otra vecina.
D'agostino, un empleado municipal que trabajaba en la Caja de Jubilaciones, vivía solo y había terminado una relación sentimental con una joven hace escaso tiempo, comentaron los vecinos.
El hombre brutalmente asesinado ayer tenía toda su familia radicada en la provincia de Tucumán. Su socio en la cadetería hacía todos los intentos posibles para informarles la terrible novedad a los familiares, ya que era la única persona que conocía algo de la vida de la víctima.
La Ciudad
