Dos internos de la Unidad de Detención Nº3, de Zeballos y Riccheri, fueron sorprendidos antenoche por guardias penitenciarios cuando intentaban escapar tras haber hecho un boquete en la pared de su celda. El intento de fuga fue detectado justo a tiempo y los reclusos se entregaron sin ofrecer resistencia. Alrededor del mediodía de ayer fueron trasladados a la cárcel de Coronda por cuestiones de seguridad. Fuentes del Servicio Penitenciario (SP) identificaron a los internos como Roberto Ramírez, quien tiene una condena fijada por robo calificado, y Roberto Daniel Jara, quien estaba detenido en calidad de procesado. Ambos estaban alojados en la celda 17 del pabellón A, que era compartida por otro hombre que no adhirió al plan. El intento de evasión se produjo a las 22.30. De acuerdo a las fuentes consultadas, Ramírez y Jara cavaron un boquete en la pared de la celda "con las dimensiones exactas como para que pase un cuerpo". Para tal fin utilizaron dos objetos punzantes y un trozo de sierra. Los reclusos atravesaron sin inconvenientes la pared del calabozo y salieron al pasillo perimetral de la vieja cárcel, pero por calle Montevideo. En ese lugar comenzaron a "trabajar" sobre una ventana con barrotes. "Comenzaron a descalzar la reja cuando fueron descubiertos por el centinela apostado en la garita de Montevideo y Suipacha", relató una fuente del SP. Ramírez y Jara estuvieron a punto de concretar su objetivo, ya que esa ventana comunica directamente con el exterior. El guardia debió efectuar un disparo intimidatorio al aire y después accionó la alarma en todo el penal. Enseguida acudieron efectivos del Comando Radioeléctrico y Guardia de Infantería porque se pensó que había más reclusos involucrados en el intento de fuga. Poco después, según informó el SP, se comprobó que sólo Ramírez y Jara fueron los responsables. Una vez que la situación estuvo controlada, las autoridades carcelarias dispusieron el traslado de los internos a la cárcel de Coronda, medida que se concretó después del mediodía. Por otra parte, los demás presos alojados en el pabellón A debieron permanecer hasta las 14 dentro de sus respectivas celdas hasta que fue reparado el agujero abierto en el calabozo 17.
| |