 |  | Villa Constitución Ocho años de cárcel por matar en una pelea La víctima murió cuando intentó defender un amigo que se había trenzado en una pelea con el imputado
 | "Yo lo maté a Rambo". Walter Martiniello pronunció esas palabras cuando en su mente todavía eran confusos los recuerdos de la pelea que había tenido la noche anterior en una esquina de la localidad de Villa Constitución. Pero no se equivocaba: en medio de esa violenta gresca había dado muerte a un muchacho conocido como Rambo, quien intervino en la discusión para defender a un amigo. Finalmente un juez de Sentencia le dio la razón: lo condenó a ocho años de cárcel tras encontrarlo culpable del crimen. La víctima del hecho fue Ariel Edelmnar Rosales, un joven de 25 años a quien todos conocían como Rambo. El muchacho encontró la muerte cuando intentó defender a un amigo que se había trenzado en una pelea con el imputado. Era ajeno a los motivos de la disputa, pero terminó apuñalado. Por el violento hecho Walter Martiniello, un hombre de 35 años, fue condenado a pasar ocho años en prisión por el juez de Sentencia Nº 2, Antonio Ramos. El homicidio ocurrió la madrugada del 21 de noviembre de 1999 en la esquina de Neuquén y Saavedra, de Villa Constitución. Todo empezó en un pequeño bar de barrio, ubicado en Neuquén 937, donde Rosales estaba tomando cerveza con Walter Gómez, un amigo al que le decían Guego. El incidente se originó apenas Toto Martiniello ingresó al local. El hombre se dirigió directamente hacia donde Guego estaba jugando al pool y empezó a insultarlo. Este respondió la provocación: lo invitó a salir a la calle para pelear. Se retiraron hasta la esquina y empezaron a golpearse. Sin dudarlo, Rosales intervino en la riña para defender a su compañero de copas. Y a pesar de que estaba borracho, logró propinarle una patada a Martiniello. En ese momento la discusión fue suspendida por el resto de las personas que se encontraban en el bar, quienes lograron separar a los tres hombres. Pero no pudieron evitar el trágico final. Aprovechando la interrupción, Rambo y Guego empezaron a correr y tras ellos salió también Martiniello. Este alcanzó a Rosales cuando huía, sacó el cuchillo que llevaba en la cintura y le asestó una puñalada por la espalda. Rosales quedó tendido en el piso, convaleciente, mientras que su amigo García logró escapar. Tras el ataque, Martiniello se retiró de la escena del crimen, sin saber que Rosales moriría minutos más tarde a causa de una hemorragia masiva de tórax. Además de la herida mortal le había provocado un corte de seis centímetros en el pómulo izquierdo. Horas después del hecho, los recuerdos del hombre eran confusos. Estaba seguro de que la noche anterior había apuñalado a un joven, pero aún desconocía la suerte corrida por Rosales. Aún así, se imaginaba lo peor. "Yo lo maté a Rambo", le dijo entonces a un amigo. "¿Estás seguro?", preguntó éste. "No, pero me parece", respondió Martiniello, quien poco después confirmó sus sospechas y se entregó en Tribunales. Para el juez que lo condenó no quedaron dudas: fue él quien provocó a García en el bar, quien luego inició la persecución y quien finalmente apuñaló a la víctima ante la incrédula mirada de los parroquianos que se encontraban en el bar en ese momento.
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