Washington. - La Casa Blanca es a la vez el símbolo de una nación abierta, sin miedo, y una fortaleza separada del ajetreo cotidiano del país por barrotes de hierro y planchas de hormigón. Cuando estaba afuera y hacía campaña para entrar, el entonces candidato George W. Bush hablaba de lo desalentador que era restringir el acceso a la casa del pueblo debido a hechos de violencia. Prometió que investigaría el asunto.
Bush estaba en la Casa Blanca el miércoles cuando un hombre armado recordó a todos por qué se habían instalado las barreras de hormigón coronadas por unas plantas escuálidas. Todavía ayer la policía intentaba determinar por qué un empleado del Servicio Recaudador de Impuestos disparó frente a la Casa Blanca.
Robert Pickett, de 47 años, fue herido en la pierna por un agente uniformado del Servicio Secreto después que apuntó con su arma al policía y varios turistas aterrados junto a la cerca de hierro forjado que rodea los jardines meridionales de la Casa Blanca. También introdujo el caño del arma en su boca, dijo el vocero policial Rob MacLean.
Pickett compró el arma el año pasado en una casa de empeños de Evansville, Indiana, tras un instantáneo examen de sus antecedentes penales, dijo el gerente del establecimiento, David Sisson. El gerente agregó que un agente del Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (Batf) relacionó el arma con su establecimiento a través del número de serie. En Indiana no es necesario un permiso para adquirir una pistola. Sin embargo, quienes carecen del permiso deben rellenar formularios estatales y federales para la indagación de sus antecedentes.
Maceteros de hormigón
La avenida Pennsylvania frente a la Casa Blanca fue cerrada al tránsito de vehículos a partir del atentado que destrozó el edificio federal de Oklahoma City en 1995. Maceteros de hormigón y paneles que se alzan del pavimento cierran lo que fuera una vía arteria de seis trochas. Garitas vigilan el tránsito peatonal, que aún está permitido.
El incidente del miércoles afectaría los dispositivos de seguridad en torno de la Casa Blanca, si es que se decide modificarlos. Impulsado por su Partido Republicano, Bush dijo durante la campaña que discutiría con el Servicio Secreto la reapertura de la avenida Pennsylvania. El servicio, dedicado a proteger al presidente, ama el hormigón.
"El Servicio Secreto quiere riesgo cero en una sociedad abierta", expresó la delegada al Congreso por la capital, Eleanor Holmes Norton. "No pueden obtenerlo. Y si lo obtienen, deja de ser una sociedad abierta". Un colaborador de Bush, que habló con la condición del anonimato, dijo que los asesores se inclinaban incluso antes del miércoles por el criterio del Servicio Secreto de mantener cerrada la avenida a los autos y camiones.
El episodio "eleva la preocupación que siempre existe en una cultura libre, una sociedad libre, de que alguien puede tomar el camino equivocado", expresó el secretario de Justicia, John Ashcroft.