Le dieron la mitad de la pena a un ladrón por necesidad

Un joven que intentó hurtar de una camioneta dos cajas con chorizos y hamburguesas y luego pretendió, sin éxito, huir en un ciclomotor de una vecina fue condenado ayer a diez meses de prisión en suspenso al término del juicio oral y público al que fue sometido. Los severos conflictos familiares y laborales que padece el joven hicieron que los jueces lo condenaran a menos de un año de cárcel, pero en suspenso, pese a que las partes habían acordado -se trató de un juicio abreviado- una pena de 20 meses. La sentencia recayó en Marcelo Gustavo Varela, de 25 años, a raíz del episodio del 26 de junio de 1998 cuando una camioneta de la firma DistriPat estaba realizando una entrega de pedidos en la Capital Federal. Ante un descuido de los repartidores el joven sacó de la camioneta los alimentos y pretendió huir en un scooter que le había sustraido a una mujer de la puerta de su domicilio. Fue entonces que los dependientes lo persiguieron, interceptaron y castigaron duramente al joven, que debió ser conducido al Hospital Zubizarreta por los golpes que recibió. Ahora los jueces, decidieron "reducir sensiblemente la medida de la sanción pactada, fijándola en diez meses de prisión" cuyo cumplimiento dejaron en suspenso. Para adoptar ese criterio, los magistrados tuvieron en cuenta "la excelente impresión personal del imputado", el favorable resultado de su "informe socio ambiental" y otras circunstancias de la vida familiar y laboral del acusado.