Cuando a Maceratesi se le menciona el tema de su mentada venta veraniega a Bayern Munich, o cuando se habla de los problemas económicos del club, se le ensombrece la mirada y se nota que tiene bronca, pese a que está acostumbrado a que sucedan ambas cosas. "Me molestó lo de la supuesta venta porque uno se ilusiona. A lo mejor, hace dos años atrás no me importaba si me vendían o no, pero uno tiene que pensar en su futuro y le da bronca que pasen estas cosas. Central es como mi casa y si no hubiera problemas no me iría por nada del mundo, pero lamentablemente no es así".
"Si no me tocó irme, tengo que pensar que por algo fue", se consoló. "Tal vez me vaya luego ganando algo acá, pero ahora no pienso más en eso porque sería una falta de respeto a los hinchas. La Copa ya empieza y tengo que concentrarme en ella".
-Gerbaudo decía en una nota que esperaba que los dirigentes, que habían hecho el esfuerzo de traer a Pizzi, también lo hicieran para ponerse al día con ustedes. ¿Vos también tenés esta línea de pensamiento?
-Hay que separar las cosas. El deseo de todos era que viniera Juan, pero consideramos de que si hacían ese esfuerzo para traerlo, deberían hacer lo mismo para pagarnos algo de la deuda, cosa que no sucedió. Venimos de promesa en promesa y volvimos a ceder por la gente y porque queremos empezar bien el torneo. No puede ser que una promesa que nos hicieron el 18 de diciembre no se haya cumplido más. Si estuviéramos bien en este aspecto podríamos trabajar tranquilos como para que nos vaya muy bien en los dos torneos, pero así estás siempre pensando en lo otro.
-¿Y decidieron algo al respecto?
-Sí, no haremos más reuniones y nos meteremos de lleno en los entrenamientos. Si nos pagan, bien, y sino tomaremos medidas, pero no más reuniones porque nos desgastan. Queremos una alegría para nosotros y la gente pese a los problemas que haya, y eso nos importa más que nada.
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La Ciudad
