Carlos Calvo y Soledad Silveyra estrenan hoy "El prisionero de la Segunda Avenida", en el teatro Lola Membrives de la Capital Federal, con la dirección de Norma Aleandro. La fórmula se reitera: dos actores bendecidos por la popularidad al frente de una comedia dramática que, aunque fue escrita a mediados de la década del 60 y el escenario original es Nueva York, aborda un conflicto propio de cualquier época y geografía: la desocupación y el valor de protegerse detrás de los afectos hasta que pase el cimbronazo. Nada nuevo, pero con el sello singular de un dramaturgo que se caracteriza por hallar humor en las desgracias.
Cuando le acercaron la propuesta para trabajar con Calvo, Solita casi no acepta. Sus planes para este año incluían un curso de inglés en Londres y un poco de descanso después de dos años de tira diaria y una temporada en teatro con "El cuarto azul", junto a Osvaldo Laport. Pero dijo que Calvo era "irresistible" y que la dirección de Norma Aleandro fue "determinante".
Calvo también tuvo dudas antes de decir que sí. En medio de su rehabilitación por hemiplejia, subirse todos los días a un escenario era un riesgo. "El teatro no es lo mismo que la televisión, donde estoy más cuidado -opinó-. Pero cuando leí la obra me encantó, sentí que podía hacer el personaje. Eso sí: al lado quería tener una contención. Y pregunté si podía ser Solita".
Según explicó, su médico lo impulsó a tomar la decisión: "Me dijo que la mejor terapia es el trabajo. Y yo lo siento así, por cómo llego a mi casa. Lo comparo con cómo estaba antes... En realidad no llegaba, porque estaba todo el día adentro encerrado".
Calvo y Silveyra ya probaron la química en escena. Lo hicieron hace seis años con "La pulga en la oreja". Después sus carreras se separaron: él estuvo años sin trabajar y recuperándose de su afección que le paralizó la mitad del cuerpo. Se acercó prudentemente a la televisión con un personaje de bajo perfil en "Vulnerables", donde componía a un bibliotecario introvertido. Ella alternó éxitos ("Eva y Victoria", "El cuarto azul") y decepciones televisivas como la conducción de "Utilísima" que no resistió el enfoque progre y desencorcetado que le intentó imprimir la actriz.
Hasta que llegó Clarita, el personaje de "Campeones". Esto significó una revancha para la actriz, ya que antes había rechazado la propuesta para interpretar el personaje de la Roxy de "Gasoleros", que finalmente quedó en manos de Mercedes Morán. En ese momento estaba a punto de estrenar una obra teatral que debió bajar de cartel antes de tiempo debido a un desacuerdo financiero. Más tarde, la actriz confesó que no veía aquel programa de Adrián Suar "porque sería un poco mazoca".
Propuesta decente
Cuando Aleandro puso en marcha el proyecto, con Calvo montado en él, el actor propuso a su ex compañera de trabajo para que lo acompañe. Todos se mostraron encantados y comulgaron en la concreción del objetivo común que se podrá juzgar a partir de hoy en la sala de la calle Corrientes. Aunque en la etapa de gestación de la pieza, se habría generado tensión entre las dos mujeres. Silveyra se encargó de aclararlo: "Hay gente que piensa de una manera determinada y defiende sus métodos a ultranza".
Silveyra fue explícita: "La relación con Norma es espléndida, es una mujer con un gran amor hacia sus actores, una gran contenedora y gran lectora de lo que es una situación teatral, de cómo se van armando los personajes; para Carlos y para mí ha sido una experiencia muy rica trabajar con ella, ojalá que le respondamos".
Basándose en una proverbial autocrítica, la actriz aseguró: "Todo lo que ha planteado, por lo menos en mi caso, y yo soy un tanto difícil, me pareció excelentemente bien planteado. Siempre miro el defecto más que lo que está bien, aunque al fin y al cabo, para juzgar está el público".
Su compañero de reparto ilustró: "Solita no explicó bien, pero que ella es difícil, es difícil -comentó gracioso Calvo-. Y laburando, es de una gran exigencia consigo misma y con el otro; no es demostrativa cuando vos acertás en el trabajo, es más bien distante y no regala nada. Para mí ha sido importante trabajar con dos mujeres que en realidad te protegen".
"Cuando empezamos, ella me preguntó si me la iba a bancar -siguió-, y yo me hice el canchero: «¿Cómo no me voy a bancar dos minas?». Hoy estoy muy agradecido y feliz porque siento una enorme protección con la sabiduría de Norma, que es una madraza, y su conocimiento de la comedia; yo soy un tipo que creía saber de la comedia y con ella descubro todos los días cosas maravillosas", dijo el ex protagonista de "Amigos son los amigos".
Respecto de la pieza de Neil Simon, "parece escrita para la Argentina del 2001 -opinó Silveyra-, aunque el autor la concibió en los 60 y pico, en un momento de gran crisis económica en los Estados Unidos, y las quejas de ese «prisionero», que fue despedido de su trabajo junto a unos 40 compañeros, pueden ser las quejas de un argentino".
"Lo maravilloso de Simon es que tiene esa mirada sobre la desgracia cargada de un gran sentido del humor, por lo que yo querría que viniera a vernos el público de (Enrique) Pinti, que está acostumbrado a reírse de la malaria", siguió. Destacó además que no vio la versión cinematográfica por no haber encontrado el video y por expreso pedido de la directora.
Según Calvo, la pieza "puede traer una esperanza a los argentinos, porque si ellos tuvieron esos problemas de desocupación y los superaron, aquí puede suceder lo mismo", y es, asimismo, "una señal para las parejas que tambalean por la situación externa".
"Lo que se rescata aquí es el amor de este matrimonio -añadió-, porque lo de Simon es un canto a la vida, que hace que se mantenga unido hasta el final a pesar de todo lo que les va pasando y que sirve para que la historia se vuelva tragicómica; todo ello a mí me conmueve, porque Simon tiene una mirada muy tierna sobre los seres humanos".
Calvo no se comparó con Jack Lemmon, quien hizo su personaje en la pantalla: "No quiero analizarlo ni pensarlo demasiado, por eso borré mis recuerdos de la película; lo que sé es que uno va a poner todo lo mejor y hacer todo lo que pueda con lo que logró Norma, en mi mal momento, y con Solita, que se entregó de una manera muy particular".
"El prisionero de la Segunda Avenida", que tuvo su versión cinematográfica con Jack Lemmon y Anne Bancroft (1975), en el estreno local tiene escenografía y vestuario de Bertoto-Sadurianski, música de Eduardo Rudnitzky y su elenco se completa con Adela Gleijer, Alicia Aller y Carlos Roffe.