Graciela Millia de Rodríguez, madre del joven turista asesinado el sábado en una ruta de Brasil, expresó ayer que además del horror que le causó la pérdida de su hijo, le duele "la indiferencia que muchos mostraron ante tamaña tragedia" y ratificó que "las autoridades los dejaron solos". "Más allá del horror que siento por perder a un hijo, me duele la indiferencia que muchos mostraron ante tamaña tragedia. Las autoridades los dejaron solos", expresó la mujer. Graciela consideró "hermosa" la historia de amor entre su hijo y su novia Cinthia, quienes se conocían desde los cinco años y planeaban casarse a fin de este año. "Diego y Cinthia se conocían desde los cinco años. Fueron a la primaria juntos y se reencontraron de grandes. El hacía menos de un año que trabajaba como chofer de una ambulancia y ella tenía pensado terminar abogacía y seguir trabajando como analista de sistemas. Iban a casarse a fin de año", agregó.
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