Buenos Aires.- Los familiares de Diego Aníbal Rodríguez, el joven turista santafesino asesinado la madrugada del sábado en una ruta de Brasil, denunciaron ayer que el consulado argentino en Porto Alegre los abandonó y no les dio ningún tipo de ayuda y aseguraron que regresaron al país gracias a la colaboración de un brasileño que les pagó los pasajes de avión.
En el aeropuerto de Ezeiza, las víctimas explicaron que el traslado del cadáver fue pagado por la empresa de ambulancias médicas para la que trabajaba Diego como chofer en la ciudad de Santa Fe, ya que el consulado argentino en Porto Alegre no tenía plata para abonarlo.
Sin embargo, la Cancillería informó en un comunicado que el cónsul argentino en esa ciudad brasileña, Pascual Rosellini, "asistió en forma permanente al grupo". "La representación consular argentina se encargó de los trámites de la entrega del cuerpo del turista muerto, como así mismo de la asistencia médica en el Hospital de Pronto Socorro y la confección de nueva documentación al resto de sus familiares", dice el comunicado oficial.
Sin embargo, los familiares desmintieron esta versión y aseguraron sentirse "abandonados". "No recibimos ningún tipo de ayuda del consulado, a tal punto que nos dijeron que no podían fletar un avión para que regresemos a Argentina porque salía mucha plata", dijo Cinthia Gramajo, la novia del joven asesinado.
El hecho se registró la madrugada del sábado en la ruta BR-290 de Brasil, a pocos kilómetros de la ciudad de Porto Alegre, cuando la familia Gramajo se dirigía a bordo de una Renault Trafic hacia Torres para pasar sus vacaciones.
En el vehículo se encontraban Esteban Gramajo, de 46 años; su esposa Marta, de 45; su madre Ana, de 64; su hija Cinthia, de 25; su nieta Lucía, de 8; y el novio de su hija, Diego Rodríguez.
La familia Gramajo pudo regresar recién la tarde de ayer en un vuelo de la empresa Varig al aeropuerto de Ezeiza y se dirigió de inmediato hacia Santa Fe, donde anoche se velaba a Rodríguez.
"La embajada argentina no nos dio nada. Llegamos a Ezeiza gracias a algunas personas que nos ayudaron, porque no tenemos un peso para nada", aseguró Marta Gramajo.
La mujer contó a un periodista del diario Zero Hora de Porto Alegre que un brasileño hijo de argentinos fue quien les pagó el pasaje a las cinco personas que sobrevivieron al asalto.
En tanto, según relató Marta, el sindicato al que estaba afiliado Diego (Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad) se encargó de los gastos para trasladar el féretro hasta Santa Fe.
Como si esto fuera poco, la mujer aseguró que debieron pasar la noche del sábado en un hotel en Porto Alegre que fue pagado por las autoridades del hospital Pronto Socorro. "Nosotros pensábamos que nos iban a llevar al consulado, pero eso nunca pasó", dijo indignada Marta.
Fatal emboscada
Rodríguez y la familia de su novia habían salido de Santa Fe a las 10 de la mañana de viernes rumbo a Torres, en el estado de Rio Grande Do Sul, donde tenían planeado pasar diez días de vacaciones.
Cerca de las 3 de la madrugada, la familia pasó por un peaje de la ruta BR-290 a sólo 52 kilómetros de Porto Alegre. Cinco kilómetros después, cuando Rodríguez se encontraba manejando, un automóvil bordó con cinco hombres a bordo, cuatro de ellos armados, se les puso a la par y comenzaron a disparar contra la Trafic.
"Dispararon 10 tiros, tres de ellos impactaron en Rodríguez, dos en el cuello y uno en la cabeza", dijo la policía. Tras ello el vehículo dio un giro y volcó sobre la banquina, oportunidad en que los ladrones se acercaron y, bajo amenazas, se llevaron 2.000 pesos, objetos de valor y los documentos de todas las víctimas.
Según los Gramajo, nadie se detuvo para auxiliarlos y la ambulancia tardó una hora en llegar. A esa altura, Rodríguez ya había muerto. "Estuvo vivo media hora pero la ambulancia tardó una hora en llegar al lugar", explicó la novia del muchacho.