Año CXXXIV
 Nº 49.019
Rosario,
lunes  05 de
febrero de 2001
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Distintas razones impiden que cumplan su tarea de contralor
Las minorías políticas no cubren sus espacios en las pequeñas comunas
Situaciones violentas y la inferioridad numérica suelen ser expuestas como un justificativo recurrente

Carlos Walter Barbarich

Chovet. - El rol de las minorías políticas en las pequeñas comunas de nuestra provincia aparece notablemente desdibujado si se tiene en cuenta la poca o nada ingerencia que sus representantes alcanzan a ejercer como contralor de la gestión gubernamental que obtienen las mayorías al cabo del veredicto de las urnas. Para evidenciar esta situación sólo basta visitar unas pocas localidades y sondear el panorama lugareño para comprobar que este fenómeno suele ser producto de una suerte de cóctel de episodios, que en algunas ocasiones rozan lo policial y en otras lo atípico.
Si bien algunos casos se pueden fundamentar en la falta de interés o desidia, que son los menos; otros son por temor luego de sufrir hechos de violencia física, o a una gran desigualdad de fuerza política que hace nulo cualquier intento de cumplir el mandato como opositor.
De esta forma no resultará desacertado afirmar que por más que se pretenda que algunas de esas cuestiones sean un justificativo, las minorías políticas no están cumpliendo con el requisito que demanda la real aplicación de las normas democráticas, en un contexto de relaciones para nada cordiales y mucho menos serias, una situación que merece el apropiado debate para ser revertido y puesto a la consideración pública en las elecciones de octubre próximo.
Un ejemplo de la ausencia de la minoría es el caso de Chovet, donde en estos momentos la comisión comunal no tiene ningún representante de la oposición. En Murphy o Sancti Spíritu sucede algo similar, aunque por motivaciones un tanto agresivas.

Cuestiones personales
En Chovet, el ex hombre fuerte del justicialismo vernáculo y ex senador departamental, Alfredo Calatraba, admitió que por cuestiones estrictamente personales decidió no participar más, actitud que fue imitada por el vicepresidente de la misma lista, Ricardo Molina.
Pero si la actitud de ambos resulta llamativa, más que curiosa fue la explicación de Calatraba al sostener que "probablemente ningún integrante de la lista asuma como miembro por la minoría en la comuna de Chovet", con lo cual dejó abierto el interrogante sobre qué pasos se deben seguir en casos como éste para legitimar la presidencia comunal del aliancista Aníbal Ianni.
Si bien Calatraba reconoció que su postura se debía a cuestiones personales, allegados a él sostienen que es poco lo que se puede hacer desde ese lugar, ya que "en la comisión, al ser cuatro contra uno es muy raro que una postura pueda prevalecer en ese marco".
Por otro lado, otros conocedores de esta cuestión también sostienen que Calatraba no quiere convalidar la venta de un canal de cable, cedido por la comuna durante su gestión al instituto secundario local, que lo habría llevado a renunciar a la comisión como miembro por la minoría. "Con el presidente comunal Aníbal Ianni la relación era normal, pero es poco lo que se puede hacer desde la minoría", dijo el ex jefe de la comuna.
En Murphy, cuya titularidad comunal está en manos del peronista Emilio Marciano desde hace varios años, la relación entre la comuna y la minoría es cortante. De hecho, el año pasado el miembro minoritario Oscar Bertossi (UCR), denunció que el presidente y su vice, Marcelo Camusoni, lo habían golpeado en una reunión de comisión.
No obstante, Bertossi dijo que "en estos momentos no participo de ninguna reunión en la comuna y por el momento estoy retirado de la actividad política", sin embargo fue lapidario a la hora de hacer elucubraciones: "Hay muchas cosas para decir pero por el momento no las voy a decir".

Golpes y cheques sin fondo
En tanto, en Sancti Spíritu un extraño suceso con ribetes policiales se registró semanas atrás cuando, según el presidente comunal Luis Coccoz, un miembro de la minoría, Jorge Daneri, lo golpeó en medio de una acalorada reunión entre los integrantes de la comisión.
Según otros testimonios recogidos, Coccoz habría dicho a Daneri que era un corrupto y éste le respondió la ofensa con un fuerte golpe en la espalda, razón por la cual Coccoz presentó una denuncia penal en el Juzgado de Rufino, a cargo de Víctor Pautaso, causa en la que el próximo 14 de marzo Daneri deberá prestar declaración.
No obstante, Daneri ofreció una versión más contundente sobre los hechos. "Yo me calenté cuando Coccoz me dijo que era un corrupto, porque en realidad el corrupto es él porque está procesado por la Cámara Penal de Venado Tuerto".
"No me puedo bancar que tres jueces me digan que Coccoz es un corrupto y él, muy livianamente, me diga que el corrupto soy yo, cuando en realidad estoy limpio de causas judiciales", señaló Daneri para justificarse, de alguna manera, por su reacción irascible ante los epítetos descalificatorios que el jefe comunal le habría dicho en usa reunión de rutina.
Esta dura relación resulta en cierto modo curiosa, ya que tanto Daneri como Coccoz pertenecen a las filas del peronismo desde que este último abandonara las filas del Partido Demócrata Progresista (PDP) y se sumó a las de Perón y Evita en las últimas elecciones comunales.


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