La despedida fue a pedir de Newell's. De mejor manera no se podía ir de esta ciudad. A pesar de los altibajos que había evidenciado hasta el momento el conjunto dirigido por Jorge Ribolzi, lo de anoche fue para resaltar por la contundencia con que liquidó a Belgrano de Córdoba por 4 a 0 y se adjudicó la Copa Desafío.
En apenas unos minutos la lepra supo noquear a un rival que se había presentado con orden y manejando la pelota con criterio. A partir de la llegada del entrenador Gustavo Alfaro, los cordobeses habían tomado un envión anímico (venían de ganar el clásico ante Talleres). Por eso desde el arranque salieron con la intención de ser protagonistas. Y a los 2' Julio Mugnaini, quien aprovechó un error garrafal de Fabricio Fuentes, desperdició la gran chance de poner en ventaja a su equipo.
Luego el partido cayó en la intrascendencia y el juego se tornó aburrido. Ninguno de los dos lograba llegar al arco de enfrente. La pelota era maltratada en el mediocampo y se generaron esporádicas jugadas de peligro. Sólo Julio César Saldaña -el hombre clave del equipo que jugó por primera vez en esta ciudad y que tuvo una destacada labor- intentaba jugar, pero su acompañante Damián Manso no aparecía. Por eso los bostezos ilustraban las tribunas del rojo.
Apareció el fútbol
Pero por el bien del espectáculo apareció en el complemento el Piojo con toda su magia y comenzó deleitar con su destreza. El juego se tornó vistoso y los celestes comenzaron a sufrir.
No habían pasado 8' cuando Sebastián Cobelli (tras una gran corrida de Pavlovich, quien guapeó y ganó una pelota en el área rival) no pudo definir ante Pontiroli, pero en el rebote la Fiera Maximiliano Rodríguez puso el grito en el cielo.
A partir de ese momento se vino el aluvión de Newell's. Manso hacía estragos y dejaba pintados a los piratas. Nadie lo podía parar y la gente se entusiasmaba. Y gozaba de su fútbol. La lepra iba. Y Belgrano sufría. Sobre los 26' Cobelli tuvo su revancha y estiró la ventaja. A partir de ahí el rival dejó al descubierto todas sus limitaciones, sobre todo defensivas. Y eso fue aprovechado al máximo por los rojinegros, que en pocos minutos llegaron al 4 a 0. Primero Fuentes, de cabeza, y luego Nicolás Pavlovich tras un monumental pase del Piojo Manso de taquito.
Con buen fútbol en el segundo tiempo, Newell's superó con total comodidad a Belgrano. A puros goles, para que los cerca de 2.500 neuquinos presentes en la cancha de Independiente (con un campo de juego en pésimo estado) se embriagaran de algo de fútbol y disfrutaran de la máxima emoción: los goles.
Newell's se despidió de la ciudad con una alegría. Y mientras los rojinegros festejaban la obtención de la copa, el cielo se iluminó con los fuegos artificiales preparados para la ocasión. Así se fue Newell's. Disfrutando de una feliz despedida.