Caracas. - Mientras el presidente Hugo Chávez y sus más cercanos colaboradores celebran el segundo aniversario de su gobierno y los nueve años de su fallida revuelta militar en 1992, un influyente grupo de militares en retiro organizaron una misa para recordar a las decenas de muertos que dejó la asonada. El vicealmirante retirado Iván Carratú, quien dirigía la casa militar del entonces presidente Carlos Andrés Pérez el día del golpe, dijo que los actos festivos organizados por el gobierno representan "una grave deformación de los hechos", que "alimentan la idea de la insurrección dentro de las fuerzas armadas". Ayer, al asumir el cargo de ministro de Defensa, José Rangel, hombre de confianza de Chávez, desmintió que exista en el país "ruido de sables". Los golpistas del 92, hoy en el poder por vía electoral, "están reivindicando su fracasada insurrección ahora como políticos", indicó Carratú, miembro del Frente Institucional Militar, un grupo formado por dos docenas de militares retirados que en su momento fueron ministros de Defensa y comandantes. "En 1992 no se alzaron todos los militares. El pueblo no atendió su llamado. Es por ello que fracasaron. Debieron buscar la vía política para concretar sus objetivos", agregó. El padre jesuita y profesor universitario Mikel De Viana, en un oficio religioso que se realizó en la Catedral de Caracas, expresó que el 4 de febrero de cada año debe ser una fecha "no para celebrar, sino para recordar aquellos inocentes que murieron en defensa de las instituciones democráticas". La fracasada asonada militar de 1992, encabezada por el entonces teniente coronel Hugo Chávez, dejó un saldo de 17 militares muertos y 51 heridos. Ochenta civiles resultaron muertos en las escaramuzas entre fuerzas leales al gobierno y los rebeldes. A pesar de las fuertes críticas que han realizado algunos grupos opositores a las celebraciones de la fallida intentona golpista, el presidente Chávez comenzó desde el jueves las celebraciones. Al día siguiente, Chávez celebró con un desfile cívico-militar en centro de la capital venezolana el segundo aniversario de su gobierno y los nueve años de la fallida revuelta. "La revolución avanza a paso de vencedores", dijo el mandatario en un improvisado discurso al inicio del desfile. "La unión cívico-militar es signo inconfundible de los nuevos tiempos y de esta Venezuela nueva que amanece", en alusión al anuncio de la designación de Rangel, un civil, como ministro de Defensa. El 4 de febrero de 1992, Chávez protagonizó una revuelta militar que tuvo éxito en casi todo el país a excepción de en la capital, donde él estaba a cargo. Las autoridades lo detuvieron y él accedió a salir ante las cámaras para pedir a sus colegas que entregaran las armas ``por ahora''.
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