"Argentina, al anunciar esta semana que apoyará en Naciones Unidas una condena a Cuba por su récord de derechos humanos, lame la bota yanqui", afirmó ayer en La Habana el presidente cubano, Fidel Castro. En su discurso al cierre de un foro económico, el líder comunista agregó que las autoridades de Buenos Aires plantean su decisión de votar en la ONU contra Cuba "en respuesta al susto por el rumbo de su economía y tras el auxilio financiero que recibieron en diciembre de instituciones internacionales, con el apoyo de Washington". En un día de ira, Fidel continuó despotricando contra la decisión de la administración de Fernando de la Rúa: "Bajo el neoliberalismo económico no es posible para el gobierno (argentino) sostener ni la vergüenza, ni el pundonor". Luego añadió que si nuestro país "hace ese triste papel (de promocionar el voto contra Cuba) se va a encontrar con un gran descontento" dentro de la propia Argentina, donde -aseguró- "tenemos muchos amigos". El presidente cubano aprovechó para asegurar que "hasta ahora ningún país de la región se ha plegado al anuncio argentino", tras lo cual se animó a advertir: "No creo que se atrevan". "Todo el asunto -concluyó Castro- no da rabia, lo que da es ganas de reír". Según trascendió esta semana, el gobierno de la Alianza reiterará este año ante la ONU su voto de condena a la política de derechos humanos en Cuba, aunque insistirá con sus diferencias respecto del embargo económico dispuesto por Estados Unidos contra la isla caribeña. La posición argentina será presentada por el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en un encuentro que mañana mantendrán en Washington. El año pasado Argentina condenó con su voto la política de derechos humanos cubana. La decisión generó polémica entre los miembros del gabinete, ya que mientras De la Rúa y su canciller defendieron la resolución, varios ministros la cuestionaron, al igual que el ex presidente Raúl Alfonsín. El voto de este año, en una sesión prevista para abril en Ginebra, habría sido resuelto tras las críticas a Cuba efectuadas por el canciller del Vaticano, Angelo Solano, quien recientemente opinó que "nada ha cambiado" en la isla desde que Castro asumió el poder hace más de 40 años. El cardenal se refirió también a la restricción que sufre la Iglesia Católica en la isla, pero se pronunció en contra del embargo estadounidense. En la década de 80, el gobierno de Alfonsín cuestionó el embargo, pero no rechazó la política de derechos humanos. La posición argentina cambió durante la presidencia de Carlos Menem, que condenó ante la ONU la política de Castro.
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