El líder del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez, afirmó ayer que la decisión de la UCR de atacar a los fiscales del caso de los presuntos sobornos en el Senado demuestra que "hay una estrategia de negación de algo que a los ojos de la sociedad es evidente", e instó a sus socios del radicalismo y del gobierno a "reconocer las prácticas políticas que son humillantes para los ciudadanos".
Alvarez advirtió que "hay una dificultad de tipo partidario de creer que la solidaridad (con los senadores) es justificar lo injustificable" y afirmó que el tema del escándalo por los supuestos sobornos en la Cámara alta implican "un tema más de fondo" que es la "crisis de representación" y de las instituciones.
Respecto de las críticas que hiciera el ministro del Interior, Federico Storani, quien calificó a los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado de "poco serios", Alvarez admitió que se sorprendió "un poco" y señaló: "Me parece que suena como un contrasentido haber hecho un silencio frente al fallo de (Carlos) Liporaci y, de repente, salir a cruzar a los fiscales, que de última no están haciendo cosa juzgada", sino "cumpliendo su deber de investigar".
El líder del Frepaso pidió "a los que estamos en la política" que "no seamos hipócritas", porque "los indicios políticos están", aunque admitió que en el Senado "no va a estar la filmación" que pruebe que hubo sobornos.
En cambio, volvió a insistir en que "se profundice la investigación del patrimonio de los senadores" sospechados.
"No voy a salir a cuestionar la postura que sacó el comité de la UCR, lo que pido es un acto de honestidad intelectual y política y que empiecen reconociendo que las prácticas que hubo en el Senado son humillantes para los ciudadanos", afirmó de todas maneras Alvarez.
Se refirió así al comunicado dado a conocer antenoche por la cúpula del radicalismo que cuestiona, en la misma línea que el gobierno, la apelación de los fiscales y defiende a los senadores y funcionarios de su partido.
Recordó que la crisis en el Senado provocó su renuncia a la vicepresidencia, la que -volvió a aclarar- "no fue caprichosa, sino que fue justamente una renuncia para marcar a fuego una situación que debía abrir una etapa nueva en la política argentina".
En ese sentido, instó al gobierno -en el que se incluyó-, a "discutir con mucha altura y honestidad intelectual" y a "fortalecerse en el sentido de que cumpla, cumplamos, con el saneamiento de las instituciones que le prometimos a la gente en 1999".
Una cuestión latente
Alvarez negó que lo defraudara la posición dada a conocer ayer por el comité nacional de la UCR, porque, afirmó, "es una cuestión que está latente, hay una tensión fuerte entre avanzar en el cambio político, en el saneamiento de la política, en no usar las instituciones para financiar la política, y las resistencias que todavía tiene esto y los costos que se pueden pagar cuando se reconocen ciertas situaciones".
"Venimos de proponer a la gente en el •99 que teníamos que terminar con eso que sabíamos que pasaba en muchos lugares de la política argentina y me parece que hay una estrategia de negación de algo que para los ojos de la Nación es evidente", apuntó.
En tanto, Alvarez recordó que presidió "un Senado degradado", y añadió: "La corporación política me enfrentó, y entonces creo que todavía hay una dificultad de tipo partidaria de creer que la solidaridad es justificar lo injustificable".
"No veo que de la política surja una autocrítica fuerte a las prácticas del secreto, de la transacción, a las prácticas de la prebenda y del nombramiento para financiar la política", concluyó.
La Ciudad
