Los concejales de la ciudad desembarcaron en el Banquito, aceptando una invitación de La Capital para discutir in situ el conflicto limítrofe entre las provincias de Santa Fe y Entre Ríos por la posesión de las islas General Pistarini, Corsi norte y Corsi sur. Los ediles reclamaron al gobernador Carlos Reutemann y al intendente Hermes Binner que "ejerzan el control real de estas tierras, que son santafesinas", y no dudaron en criticar a la intendenta de Victoria, Gracia Jaroslavsky, quien tiene actualmente la posesión del Banquito. "Es una simpática avivada, es una okupa", lanzó el radical Jorge Boasso para calificar a la funcionaria entrerriana. Para el frepasista Sergio Liberati "está completamente equivocada", mientras que el también radical Oscar Delgado consideró que Jaroslavsky "deberá devolverle a Rosario" la recaudación de los tributos que está cobrando en el Banquito (tasas a los dueños de paradores y 10 centavos a cada pasajero que compra un pasaje en lancha con ese destino).
Este diario reunió a concejales de distintos partidos para debatir sobre este conflicto limítrofe. A bordo de la lancha y luego en el propio lugar en disputa, repasaron la documentación que hay sobre estas islas, que avalan la posición de Santa Fe.
Los concejales también emitieron su opinión sobre el conflicto, la posición adoptada por la intendenta de Victoria y lo que deberían hacer los gobiernos provincial y municipal.
Para Gladys Comba, "la provincia debe tomar posesión concreta del Banquito, porque lo único que se ha hecho hasta ahora es dejar avanzar en el lugar a la provincia de Entre Ríos".
Ricardo Reynoso, presidente del bloque cavallerista, señaló que "la firmeza en el reclamo no le compete sólo al gobierno provincial, sino que la Intendencia rosarina debe intervenir en un conflicto que es muy sencillo, porque en Catastro de Entre Ríos las islas están reconocidas como santafesinas".
Ambos legisladores coincidieron en que "Gracia Jaroslavsky debe recapacitar en su actitud de poseer los terrenos y cobrar tasas y ponerse de acuerdo con el gobierno municipal de Rosario para solucionar el conflicto y encarar políticas conjuntas de desarrollo regional".
El radical Rafael Ielpi, por su parte, opinó que "el Concejo de Rosario debe ratificar la pertenencia del Banquito como territorio santafesino", y agregó que "el usufructo de estas tierras es exclusivo de los rosarinos, por lo cual de cobrarse alguna tasa, debe ser para el municipio local".
Para la justicialista Marta Rubeo, "el intendente Binner tiene la doble posibilidad jurídica y política de reclamar el uso del Banquito. La competencia y jurisdicción es de Rosario, pero debería reclamarle coherencia a la aliancista Jaroslavsky que hace uso de una actitud militar en un terreno que no le corresponde", fundamentó.
El oficialista Liberati consideró que "queda ahora en los funcionarios rosarinos que se ejerza el control, y no sólo desde el Ejecutivo, para recuperar el Banquito, pero siempre sobre la base del diálogo y el consenso jurídico y político".
Luego, Delgado disparó: "Santa Fe se dejó estar y el intendente de Rosario no mandó a los inspectores de Bromatología para verificar qué pasa con la venta de alimentos en estos balnearios. Hay que unificar criterios con Victoria a partir de la inauguración del puente", propuso.
El usandizaguista Boasso apeló a sus dotes de abogado para asegurar que "todos los documentos demuestran que la jurisdicción es santafesina", y calificó la actitud de cobrar una tasa por parte de la intendenta victoriense como "una simpática avivada de alguien que toma los espacios que otros dejan". Y en esta línea arremetió: "Gracia Jaroslavsky es una okupa". A su juicio, la solución al diferendo "la debe aportar el poder político".
Mónica Peralta (UCR) también se sumó a la cita y se mostró preocupada "porque nadie vela por la seguridad de la gente, no existe señalización en el lugar y para colmo si ocurre una desgracia la responsabilidad recaerá sobre el municipio de Rosario".
Boasso, Delgado y Peralta exigieron que se suscriba un acta acuerdo entre los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe para solucionar el conflicto limítrofe, e hicieron votos para "encontrar nuevas alternativas de uso turístico en el Banquito.
Diez centavos por pasajero
Cabe destacar que el gobierno nacional, a través de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, les otorgó en el año 1968 entidad territorial a las islas General Pistarini, Corsi sur y Corsi norte (más conocidas como el Banquito), y al definirse el trazado del canal oriental del Paraná, este territorio pasó a conformar suelo santafesino. En el 94 fueron empadronadas como dominio fiscal bajo la jurisdicción de la ciudad de Rosario.
En el 96, Binner le solicitó al entonces gobernador Jorge Obeid el traspaso de estas tierras al municipio rosarino. Sin embargo, un año más tarde el Banquito fue cedido en comodato el Enapro (Ente Administrador Puerto Rosario) "para que las tierras fueran afectadas al desarrollo de las actividades portuarias".
El proyecto del Enapro de instalar allí una estación de barcazas es eso, sólo un proyecto. En la práctica el Banquito se convirtió en una playa de moda a la que concurren miles de rosarinos. Atento a ello y rápida de reflejos, la intendenta de Victoria, Gracia Jaroslavsky, comenzó a cobrar desde mediados de enero una tasa por derecho de muelle a cada rosarino que cruza a las islas (10 centavos por pasajero).
La Ciudad
