Aproximadamente 4 mil reclusos de cárceles federales y provinciales de distintos puntos del país, entre los cuales se encuentran 372 detenidos de tres pabellones del penal de Coronda, mantenían ayer la huelga de hambre iniciada hace once días en Villa Devoto en reclamo de conmutaciones y rebajas de penas. La medida, para la cual el gobierno nacional aún no ha dado ninguna respuesta, amenaza con profundizarce a partir del próximo lunes cuando los presos federales efectivicen su promesa de hacer también ayuno de líquidos.
De acuerdo a lo informado por el director del Servicio Penitenciario de Santa Fe, Arturo Gandolla, en el penal de Coronda "un total de 372 reclusos no retiraron su almuerzo en el día de ayer" después que se sumaran a la medida los internos del pabellón número 8.
En la provincia, la medida se inició el jueves cuando 200 presos del pabellón 6 y 140 internos del pabellón 4, ambos en el penal corondino, se negaron a cenar tras presentar un documento en el que consideraron "una discriminación hacia los presos comunes" la reciente conmutación de penas que el gobierno nacional concedió a los detenidos por el copamiento del cuartel de La Tablada. Ayer, a esos presos se les sumaron 48 hombres del pabellón número 8, lo que hace un total de 388 huelguistas. Sin embargo 16 de ellos son portadores de HIV y por ello están excentos de cumplir con el ayuno.
Dos más, una menos
En tanto, el subsecretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia de la Nación, Alvaro Ruiz Moreno, reconoció anoche que a la medida se habían sumado más de mil presos en cárceles de las provincias de Córdoba y Entre Ríos que no dependen de su área. Asimismo, comunicó que los detenidos en el penal federal de Río Gallegos habían levantado la protesta, aunque no trascendió si llegaron a un acuerdo con las autoridades. De esta manera, dijo que son "2.648 los presos federales en huelga" sin contar a los reclusos de penales provinciales.
Ruiz Moreno aseguró también que hasta anoche no se había registrado ningún caso de descompensación física entre los huelguistas, durante una conferencia de prensa ofrecida en la sede ministerial. "Al día de hoy no hay siquiera ni un interno, de los que realizan la huelga de hambre, que haya tenido situaciones de descompensación", informó el funcionario.
Además subrayó que ésta es una huelga de hambre "relativa" y "sui generis", ya que las cifras varían de hora en hora debido a que algunos detenidos ayunan hasta el mediodía y luego consumen merienda y cena, mientras otros ayunan un día y al siguiente no.
Según los últimos datos, se estimó en 4 mil la cantidad de presos que mantiene la medida, de los cuales casi el 64 por ciento corresponde a la Unidad 2 de Villa Devoto.
De esa cifra, un millar corresponde a los reclusos de la cárcel de la ciudad de Córdoba y otros establecimientos penales de esa provincia, en tanto que 176 pertenecen a unidades entrerrianas de Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, y los 372 de Coronda revelaron fuentes del Servicio Penitenciario.
La titular del Servicio Penitenciario de Córdoba, Graciela Lucientes de Funes, confirmó la cifra y dijo que se trata de "una medida pacífica" que realizan los internos "de algunos pabellones" de la cárcel local y de uno del penal de Villa María. La medida también es sostenida desde ayer por 60 internos de la cárcel de Concepción del Uruguay, casi el 40 por ciento de la población penitenciaria, y 116 de Gualeguaychú, es decir el 75 por ciento.
Un documento difundido por los reclusos entrerrianos expresa que, en comparación con los delitos de subversión civil y militar -en alusión a los cometidos por los presos de La Tablada-, las leyes quebrantadas por los presidiarios "merecen penas menores porque no atentaron contra la democracia".
En una iniciativa similar a la de los presos entrerrianos, los internos de la Unidad Penitenciaria 15, de Río Gallegos, que ayer levantaron la medida enviaron una carta abierta a la sociedad, en la que fundamentan sus reclamos.
Finalmente, Ruiz Moreno reiteró lo que desde el gobierno nacional se sostuvo desde el mismo inicio de la huelga: "No se negocia con los reclusos", y agregó que "hay una obligación irrenunciable de cuidar la salud y bienestar de los presos, pese a ellos mismos". A la vez, reconoció que "desde que se inició el pasado 22 de enero, la medida se ha desarrollado en paz y así se mantiene".