Una grabación clandestina de Graciela Dieser

Fuentes judiciales revelaron ayer a La Capital que el cerebro de Natalia Fraticelli fue tirado a la basura después de la autopsia y que fuerzas policiales filmaron y grabaron un interrogatorio de Graciela Dieser durante más de cuatro horas sin que la mujer lo supiera y en circunstancias en que era sometida a coacción psicológica.
Al increíble suceso ya adelantado por este diario de que el informe del médico legista Ulises Cardoso (quien puso dudas desde un principio de que la muerte hubiera sido por estrangulamiento) no había sido incorporado al expediente por parte del juez Risso de Melincué, sigue ahora otro asombroso hecho: el juez en feria envió al instituto bonaerense encargado de hacer los nuevos estudios forenses encargados por orden de la Cámara de Apelaciones rosarina nada menos que fotocopias de las fotografías de la chica yaciente, lo que dio lugar a la queja de los abogados defensores de Graciela Dieser y Carlos Fraticelli. Hay quien en estas horas se preguntan si con fotocopias se pueden realizar análisis serios e informar causales de muertes.
Pero esto no es todo: si algo faltaba para echar más dudas sobre esta controvertida investigación es que el médico que realizó la autopsia y que informó que se trataba de un estrangulamiento cuenta entre sus antecedentes el haberse equivocado varias veces al diagnosticar este tipo de causal de muerte. Varios funcionarios judiciales revelaron ayer que en distintos juzgados de instrucción rosarinos hay antecedentes de estos errores. Uno de ellos el de un hombre acusado por violación y detenido durante dos meses, existiendo como prueba un informe preliminar de este médico que aseguró penetración vaginal. Sin embargo, una junta médica determinó después que la mujer jamás había sido desflorada.
Por otra parte, al lado de la cama de Natalia Fraticelli se encontró en la trágica mañana del 20 de mayo una carta, rota y abollada escrita por la chica. Jamás se reconstruyó esa misiva hasta que la defensa de Graciela Dieser advirtió el hecho. En la nota dirigida a un jovencito al que amaba pero por el que no era correspondida, Natalia expresaba su pesar y angustia por ello. La carta no la envió sino que la rompió, hecho más que suficiente como para suponer un grave quiebre emocional. Sin embargo, la justicia de Melincué no tuvo en cuenta o no dio demasiada importancia a semejante episodio.