A una semana del debut por la Libertadores ante el Junior en Barranquilla, Central recibirá esta tarde a Colón en el último escollo futbolístico de cara al calendario 2001. Aunque no haya puntos en juego, la cita de hoy a las 18 en el Gigante se presenta como un test imprescindible para encarar el examen inicial del 7 de febrero ante los colombianos. Al fin de cuentas, una buena medida para Edgardo Bauza en su rol de definir la identidad futbolística canalla, y para los jugadores en su afán de ganarse un lugar en el equipo. El partido del sábado ante Nacional de Montevideo y los amistosos que protagonizó el equipo durante la estadía en La Cumbre se convirtieron en un aceptable banco de pruebas para visualizar el proyecto conceptual que más seduce al Patón. Es decir mantener los tres hombres en el fondo, la misma cantidad de volantes dedicados a la contención y recuperación de la pelota, el trinomio ofensivo compuesto por De Bruno-Arriola-Ezequiel, y dejando como única punta al Rafa Maceratesi. Pero paradójicamente a lo que venía haciendo el equipo en esos partidos, Central empezó a encontrarle la vuelta al amistoso ante los uruguayos cuando Bauza hizo ingresar a Arias por Arriola. Un cambio que en el terreno de los cálculos priorizó las características del Torpedo por encima de lo posicional. Precisamente la buena actuación del delantero hizo dudar al Patón, y esta tarde tendría alguna chance de acompañar al Rafa en el ataque. Si juega Arias, el que dejaría el equipo sería Tom Arriola, que ayer no hizo fútbol porque viene recuperándose de una sinovitis en el tobillo derecho. Más allá de los nombres de turno, lo destacable de la apuesta de Bauza está ligado a lo que puede generar el trío De Bruno-Arriola-Ezequiel. Y, también, se saluda la actitud de jugar con una tripleta de buen pie que no sólo garantiza profundidad y manejo, sino una buena cuota de fútbol. Claro, habrá que ver hasta dónde las obligaciones del Pequi De Bruno (ayer se retiró de la práctica con un esguince de rodilla) no entorpecen sus libertades. Una disyuntiva todavía no definida, tanto en los ensayos en La Cumbre como en el partido suspendido del jueves ante Central Córdoda. El panorama futbolística de Colón no ofrece demasiado misterios de acuerdo con estos tiempos de preparación. El cuadro de objetivos trazado por los sabaleros se reducen a realizar una buena campaña en el Clausura 2001 y mirar de reojo la utópica chance de clasificar para alguna copa internacional. Ultimo escollo de Central ante de toparse con el desafío por los porotos en Barranquilla. Sería bueno ganar como aliciente, pero más redituable sería aceitar el funcionamiento de cara a los compromisos futuros.
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