Año CXXXIV
 Nº 49.012
Rosario,
lunes  29 de
enero de 2001
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Entre la Banelco y los exabruptos

El camionero Hugo Moyano tuvo mucho que ver con el desplazamiento del primer ministro de Trabajo de la Alianza, Alberto Flamarique. Fue cuando denunció que el impetuoso funcionario frepasista brabuconeó en una cena que "para los sindicalistas tenía la (tarjeta) Banelco" a fin de que éstos no se opongan a la flexibilización. A la nueva ministra, Patricia Bullrich, primero la trataba como "la Piba", pero después de que la funcionaria chicaneó a los dirigentes cegetistas (entre otras cosas, les dijo que se gastaban la plata de los gremios en viajes al exterior) sólo la trata de "ministra". A la hora de comparar ambas gestiones, dice: "Lamentablemente Flamarique jugó un papel muy desagradable para la sociedad por las sospechas de sobornos y de coimas a senadores para la aprobación de la reforma laboral. El fue sospechado de todo eso". Agrega que "por eso no se puede comparar con la ministra. No hay que olvidar que Flamarique no renunció por capricho, lo hizo acosado por las sospechas de los sobornos y las coimas. Con Bullrich podemos tener diferencias, pero en ningún momento produjo una sensación de sospecha". Recompuesto de los cruces con Bullrich, asegura que nunca se puso "nervioso por los exabruptos", y que el hecho de que "haya (habido) una discusión no significa que se pueda quebrar una relación natural que tiene que existir entre una funcionaria del gobierno y un dirigente gremial".


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